Los ánimos pueden llevarse a caldear a extremos inesperados o desarrollarse el evento con la tranquilidad que la inteligencia y la madurez colectiva lo permita. Dependerá de la capacidad de los dirigentes para afrontar con altivez y responsabilidad cívica la cita con la democracia.
El organismo rector del proceso, el Consejo Electoral Nacional (CEN), ha demandado de los bandos que aspiran el triunfo de sus candidatos un comportamiento respetuoso en estos últimos días de campaña, especialmente el mismo día del sufragio, que esperen con calma los resultados.
Y aquello es correcto, pero deberá ser anticipado con el control respectivo por la misma autoridad, a objeto de cortar por lo sano los excesos apenas se presenten, evitando confrontaciones que pueden deslucir las elecciones.
Pero el CNE está obligado a dar la muestra llevando con el máximo de pulcritud el proceso, procurando que observadores nacionales e internacionales tengan la mayor facilidad para cumplir su labor, al igual que los delegados de los partidos intervinientes.
Aquello garantizará la jornada, que se pretende culmine, según lo programado, con la proclamación de resultados la misma noche.