Para llegar a este día determinante fue necesario que se pasase por una etapa de indecisión y de expectativa electoral, cuando era público y notorio que la intención era que se diera una sola vuelta, con un resultado para el que se había preparado el terreno y para el que los datos fuera de urna también estaban preparados, de tal modo que no llamara la atención cuando se oficializaran los mismos. 

Aquello resultó como un tiro por la culata ante las denuncias, el control y las exigencias que llevaron a que el proceso se prolongue y se llegue al momento en que se está ahora, con la obligada segunda vuelta.

No es desconocido para el país y para el exterior que la manipulación fue general y todo estaba preparado para asegurar el continuismo que haga posible el cubrir lo que necesariamente tenía que estar fuera del conocimiento general, tal como sucede con el paraguas que sirve para cubrirnos de la lluvia.

Hay que sumar a esta participación electorera los equivocados pasos dados en contra de la unidad opositora, lo que facilitó el que se llevara adelante ese resultado de “una sola vuelta”.

Pero como los casos fraudulentos no tienen una base firme de sostenimiento, el resultado previsto no llegó a ser una realidad; y por todo ello es que estamos a 4 días de ir nuevamente a las urnas y elegir, en segunda y definitiva vuelta, a quien deba traer el cambio que el país y todos necesitamos.

Cambio que el sistema democrático así lo requiere, porque la voluntad popular tiene que prevalecer sobre la omnipotencia y sobre las decisiones contrarias a ese vivir libre, por el que nuestros héroes derramaron su sangre y por el que el pueblo ecuatoriano está decidido a establecer en el país. Por esas libertades públicas, por esa necesaria libertad de expresión, por la libertad de prensa, por todos los derechos ciudadanos restringidos; y, en fin, por todos los cambios que nuestro vivir democrático así lo requiere, es que nos acercaremos este domingo 2 de abril a manifestarnos a través del voto y elegir al nuevo Presidente de la República que deberá tomar posesión el 24 de mayo.

Sigamos defendiendo nuestro derecho a elegir, nuestro derecho a un mejor vivir, a la dignidad y al respeto de las personas, así con nuestro derecho a un nuevo y mejor Gobierno.