Pero no todo ha sido fácil para el delantero de Universidad Católica, equipo con el que es goleador del presente campeonato con siete tantos.

Desde el 2011 hasta el 2014, Cifuentes jugó en Juventud Minera, un club de Segunda Categoría con el que anotó 48 tantos en las cuatro temporadas en que estuvo allí.

En la última anotó 28 goles en 17 partidos jugados, suficiente mérito para dar el salto a la Serie B. 

Macará lo fichó. En el equipo ambateño estuvo todo el 2015 y la mitad del 2016, cuando Universidad Católica, en una buena decisión, lo sumó a sus filas.

Cifuentes tuvo que esperar seis años para estar en la Serie A, y esa hambre la convirtió en goles. En la mitad de temporada del año pasado anotó ocho tantos en 15 partidos jugados, cifras de un goleador en crecimiento.

Amarillo. Pero este 2017 ha sido un año de sueño para el delantero esmeraldeño.

Cifuentes fue la figura de Universidad Católica en la sorprendente victoria 1-3 sobre Barcelona, en el estadio 7 de Octubre, de Quevedo, el domingo. 

El ariete marcó dos tantos y, un día después, admitió que el cuadro canario es el equipo de sus amores. 

Aunque celebró los goles a rabiar ante un estadio lleno de hinchas amarillos, el atacante lamentó no haber podido fichar por el campeón al inicio del año.

“No sé por qué no se llegó a un acuerdo. Siempre he sido barcelonista hasta ahora, lo confirmo”, expresó Cifuentes, cuyos derechos deportivos pertenecen a Universidad Católica y a Macará, con un 50 % para cada uno.