Los ojos, cuero y más vísceras sin valor económico del calamar están siendo abandonados en las playas por los pescadores.
En San Mateo, los dueños de los negocios de comida que trabajan los fines de semana en “La Playita”, como se llama al nuevo balneario que se creó producto del azolvamiento del muelle pesquero, denunciaron que el domingo los bañistas fueron ahuyentados por los fétidos olores que emanaban las vísceras de calamares regadas por toda la playa.
Diana Mendoza y Estela Franco, habitantes de San Mateo, dijeron que los pescadores tienen un muelle para el desembarque y comercio de la pesca. “No pueden afectar el desarrollo turístico que estamos ganando”, indicó Mendoza.
Calentamiento. José Mero, pescador, dijo que ellos ocupan la playa porque el muelle pesquero no tiene todas las facilidades para este desembarque, sobre todo por el azolvamiento que existe en el acceso.
“No le hacemos daño a nadie. Se limpia lo que más se puede y los desperdicios que quedan son arrastrados por la marea alta y aprovechados por los cangrejos”, anotó.
Agregó que la pesca de calamares reemplaza a los peces grandes como el dorado y la albacora, que están lejos, indicó.
Pablo López dijo que el calamar se encuentra a tres millas de la orilla del mar, producto del calentamiento de las aguas. “Entonces es poco lo que recorremos e invertimos. No pueden impedir que capturemos esta especie”, manifestó.
Ahora la tina de calamares cuesta cinco dólares. En tiempos normales los mayoristas pagan 15 dólares por tina.
Richard Delgado, dirigente de Playita Mía, dijo que se están tomando medidas de control para evitar los desperdicios de calamares en la playa.
La dirección municipal de Ambiente y de Turismo citó para hoy a los pescadores y comerciantes para tratar y corregir la contaminación en las playas.