Actualizado hace: 929 días 12 horas 22 minutos
ORALIDAD
Tsukintza y el origen de las casas achuar

La tradición oral es también una manifestación cultural de los pueblos, pues destaca sus costumbres e imaginación.

Martes 28 Marzo 2017 | 04:00

Entre los indígenas como los cañaris y shuar existen leyendas que forman parte de su imaginario natural. El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) publicó el folleto ‘Mitos y leyendas’, en el que recoge tradicionales cuentos de las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

Precisamente en Morona Santiago se genera una, cuyo nombre es ‘Tsukintza’ y relata la historia de un hombre que fue ayudado por las estrellas para construir su casa; además de revelar la razón de la forma de las viviendas achuar.
Relato.  Antiguamente en Tsukintza, en el cantón Taisha, provincia de Morona Santiago, nadie conocía cómo construir una vivienda que fuera fresca cuando el sol pegara, segura para no dejar entrar a las alimañas y con un techo sólido que no permitiera pasar el agua de la lluvia.
Los habitantes del lugar colocaban en el techo de las viviendas unas hojas de palmera; pero cuando hacía sol, sus rayos traspasaban las hojas y calentaban las casas; cuando la lluvia arreciaba, sus habitantes se empapaban con el agua.
Las estrellas, que desde el cielo miraban los infortunios de los hombres del lugar, decidieron ayudarles y bajaron a conversar con un hombre mayor, que era el que más sufría los azotes del clima.
Una estrella le dijo:
-Voy a construir una casa segura y cómoda, pero quiero que te vayas muy lejos hasta que pueda terminarla.
Inmediatamente, el hombre salió del lugar y se fue lejos.
Entonces bajaron muchas estrellitas e iniciaron la constucción de la vivienda.
Unas cortaban los palos y los bejucos, otras trajeron paja, la prensaron, amarraron y tejieron.
La lluvia. Fue así como en un día casi terminaron de construir la vivienda, pero pese a que trabajaron mucho, aún faltaba poner las hojas de la cumbrera.
A esa hora del día cayó un fuerte aguacero y el anciano, que estaba esperando a que se terminara la casa en medio del campo, se mojó y estaba trillando de frío.
Impaciente y molesto, pese a que las estrellitas quisieron impedirle el acceso, el hombre las desafió y penetró en la vivienda.
En ese instante las estrellas salieron por el techo recién tejido de la casa; mientras salían dejaron haciendo huequitos; desde entonces, cuando la paja envejece, se hace un hueco en el techo de la vivienda.
Forma de la casa.Cuentan que si el hombre no hubiese entrado en la casa inconclusa, la vivienda achuar duraría eternamente, pero ahora cada cierto tiempo tienen que renovarla. 
 
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