Luis Carvajal tiene 76 años y hace 16 que llegó a Puerto López a la vivienda de Menoscal a prestar sus servicios como sobador, tras no tener donde quedarse la mujer le ofreció un lugar.

“Le prestamos un terrenito para que se hiciera una casa, aquí le dábamos de comer, se iba a la playa a ver pescado para vender en su tierra Manglaralto y traía pan para vender aquí”, cuenta Menoscal.

Pero hace tres meses “Luchito” se agravó. 

Menoscal asegura que él ya no es el mismo, pues se encerró en su casa donde ha perdido peso, movilidad al caminar y empezó a hacer sus necesidades biológicas en su ropa.

La mujer explica que hay días que no pide comida porque su mente lo olvida, además dice que está perdiendo la visión. 

Ella junto a su familia desean hacerlo atender, pero no puede porque sus ingresos como lavandera son mínimos. Menoscal pide ayuda para “Luchito”, que vive frente a la ciudadela Jonás González de Puerto López.