Actualizado hace: 931 días 19 horas 38 minutos
Confesiones
El calvario de Ferdinand

Rio Ferdinand perdió a su esposa y se encontró con una nueva realidad que lo arrastró al alcoholismo y a la inseguridad.

Jueves 23 Marzo 2017 | 04:00

A Rio Ferdinand se le recuerda como uno de los mejores jugadores del Manchester United y de la selección inglesa. 

El capitán, en ambos equipos, vivió en el 2015 una tragedia. Su mujer, Rebecca Ellison, fallecía a los 34 años de un cáncer. Ferdinand se quedaba viudo y con tres hijos pequeños a los que sacar adelante solo. Años después, reconoce no haberse levantado todavía de ese duro golpe, y narra los difíciles momentos por los que pasó al principio.
“Nadie está preparado para una pérdida como esta. Ella me dijo antes de irse que sería un papá y una mamá magnífico para los niños. Yo nunca pensé que fuera a pasar. Ella se marchó diez semanas después de diagnosticarle el cáncer. Ahora sé que necesito ayuda. Al principio bebía mucho por las noches después de acostar a los niños. Hasta que un día me desperté y no era capaz de llevarlos al colegio. Hasta tuve un accidente de auto. Me di cuenta de que no podía seguir así. Sufrí ataques de pánico”, cuenta.
El exdefensor buscó ayuda de un especialista para tratar su problema.
“Pensé que, hiciera lo que hiciera, nunca será suficiente para ellos (sus hijos). Yo solía despertarme, vestirme, desayunar con ellos, y luego los llevaba al colegio y me iba a entrenar. Pensaba que estaba cumpliendo mi parte. Pero esa era la parte fácil… ¿Dónde están sus zapatos? ¿Dónde está su ropa? ¿Dónde están sus mochilas?”, narra.
El retiro. El exdefensor dejó el fútbol solo cinco semanas después de perder a su mujer: “Ahora entiendo la importancia que tenía como madre. Nosotros los hombres somos ignorantes. Las mujeres cuidan de la familia y del hogar y creemos que eso no es un trabajo. Es un trabajo muy duro. Son las cosas básicas”, asegura.
Ferdinand reconoce que pasó de no hacer absolutamente nada a hacer de padre y madre de la noche a la mañana: “Todo me lo daban hecho. Tu equipación está ya en tu taquilla. Y cuando te cambias, la tiras al suelo y la dejas. Luego viene alguien, la recoge y se la lleva. Lo mismo ocurre con las botas, llenas de barro. Cuando llegas a un aeropuerto, ni siquiera miras un cartel, solo tienes que seguir los pies de otros”. “Cuando nos íbamos de vacaciones, todo lo que tenía que hacer era preparar mi propia maleta, porque Rebecca había hecho todo lo demás. Incluso yo mismo me preguntaba: ‘¿Cómo voy al médico?’. Solo había visto al médico del club. No tenía ni idea de cómo hacerlo”, explica.
Ferdinand dijo además para la BBC no haber pensado nunca en el suicidio, aunque ahora entiende las razones que pueden llevar a eso: “Solía leer historias y pensar ‘¿cómo puedes ser tan egoísta y suicidarte o intentar suicidarte?’. Ahora puedo hasta simpatizar”.
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