El australiano Edward J.H., de 29 años, le prendió fuego a su hija de tres años, ya que la consideraba "demasiado hermosa".
El hecho se dio en una vivienda del condado de Perth (Australia) y datan de agosto del 2015. Sin embargo, salieron a la luz recientemente, ya que el sujeto acaba de ser imputado por “tentativa de homicidio agravado”.
El día de la agresión, el hombre roció con gasolina a dos de sus hijas y prendió fuego a la más pequeña. Mientras que la mayor, de 7 años y que tiene autismo, pudo salvarse del fuego.
El hecho se dio ante la vista de la madre de las menores, a quien Edward, alcoholizado y drogado, amenazaba con degollar si intervenía.
Tras el ataque, la madre tomó a la pequeña en sus brazos y huyó pidiendo auxilio.
A su llegada, la policía encontró a Edward sentado en un sofá, confensando que quería quemar el rostro de su hija menor porque era "demasiado hermosa".
El caso había sido cerrado al considerar que el padre era incompetente mental. Sin embargo, la Corte Suprema de Australia Occidental lo reabrió y decidió imputarlo al conocer que estaba bajo los efectos de las drogas el día del suceso.
Por otra parte, la hija menor del acusado registra cicatrices permanentes en el 13% de su piel. Además, todavía lucha por recuperarse de las zonas en su cabeza que sufrieron heridas más graves. La otra de las hijas resultó con quemaduras de segundo grado y cicatrices menores pero permanentes en su piel.