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Riqueza y pobreza
Riqueza y pobreza
Por: Jacinto García Delgado

Martes 21 Marzo 2017 | 04:00

Así de sencillo…La riqueza se queda en la puerta del cementerio, de ahí para adentro todos somos iguales.

En rigor a la verdad, tanto el pobre como el rico son seres humanos portadores de oportunidades de trabajo, existe una gran diferencia entre ellos; resulta negativo separar o aislar a los dos grupos, importante es poner mayor énfasis en uno de ellos a sabiendas que de una u otra forma se involucra el otro.
Entonces, dignos de admiración son los ecuatorianos y los  manabitas que ostentan la categoría o atributo de ricos por la abundancia de bienes y cosas preciosas, si se conduelen de las necesidades de quienes viven en la pobreza, especialmente de los que habitan en luz inaccesible y a quienes no han visto ni pueden ver.
Sin dudarlo, el país actual está manejado por dos palabras: la una para la riqueza, la otra para la pobreza. La primera con ansia de dinero, deseo desmedido de poseer y acumular, sed de poder; la segunda con humildad sin servilismo, rechazo al aislamiento, trabajo sin exclavitud.
Otro territorio aparte constituye los afortunados, que llevan un pensamiento claro de los problemas sociales que golpean diariamente la vida de los infortunados. Qué duda cabe sobre la  importancia  de la persona humilde, de estrechez y carencia de lo necesario para el sustento de la vida.
Sin duda, a los de arriba les preocupa perder parte de su capital, a los de abajo les angustia no tener para sobrevivir. El error está en el egoísmo de los que tienen que no les permite ver a los que pasan necesidades; y muchos de los que tienen hambre usan la violencia para satisfacer sus aprietos. Las dos opciones están equivocadas.
Siempre se critica la falta de humildad; los más cuestionados son los adinerados que se mueven según sus propios intereses. Por lo tanto, el poderoso que odia al desamparado está condenado a caer en el abismo del desprecio y la antipatía. Importante es la creación de un sustento íntegro, no de dádivas miserables.
El empleo lo invita a que vaya en busca de un sueldo, no de una fortuna. Acreedor de aprecio son los empresarios capitalistas que surgen de sus propias experiencias, o son producto de su propio trabajo, honrado y transparente
Qué se puede decir de los nuevos millonarios que nacen a la fuerza. La respuesta es muy sencilla; por ejemplo: si no han sido beneficiado con el premio millonario de la Lotería de Guayaquil, tienen que haber heredado, de los progenitores, bienes dinero o derecho. Noble y grande es el acaudalado que reconoce todo lo que el indigente ha hecho por él.
Reflexionando: El título de rico no debe ser motivo de odio. Del mismo modo, el de pobre no puede ser de abandono ni de infelicidad..         
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