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Invierno
Damnificados viven una odisea para salvar sus cosas

Gary Vergara recorrió 2 kilómetros a pie para poder sacar sus enseres junto a sus familiares.

Domingo 05 Marzo 2017 | 07:00

“La única ayuda que tenemos es la de nosotros mismos”, señala preocupado luego de haber sido testigo de la tragedia que dejó sepultadas varias casas el pasado 28 de febrero en el sitio Sacón de la parroquia Calderón de Portoviejo.

Ayer, junto a hermanos y cuñados, pudo salvar varias de sus cosas y las de su suegra, pero reclama ayuda. Dice que el lodo y lo inestable de la tierra no les permite hacerlo más rápido por su cuenta.

“Los militares solo vinieron el día de la desgracia. Hoy nadie nos ayuda para sacar nuestras cosas, ni militares ni policías”, cuenta Vergara preocupado por la situación

Los habitantes del lugar improvisan con cañas y mallas para poder sacar los electrodomésticos más grandes. Otros solo pasan por cañas sujetadas con alambres que cruzan el estero para poder pasar sus cosas.

Elvis Saltos, por ejemplo, dice que hacen falta maquinarias para ayudar a despejar el estero, que con la lluvia incle-mente, sigue creciendo. “Hoy (ayer) solo han venido dos maquinarias y aquí se necesita más de eso para ayudar a sacar todo el lodo que hay porque no podemos sacar nuestras cosas”, señaló.

Y es que entrar al lugar de la tragedia es tratar de imaginar lo que vivieron. Isabel Intriago dice que su hijo de cuatro años llora cada vez que empieza a llover. “Cree que va a suceder lo mismo. Ese día no pudimos dormir y tuvimos que ir hasta la montaña para estar fuera de peligro”, contó.

Rosa Mora, presidenta de la comunidad Cruz Alta de Miguelillo, dijo que ahora la preocupación es que precisamente el estero siga creciendo. “Si crece todas nuestras casas quedarán inundadas”, afirmó.

ALBERGUE. En el albergue de esa comunidad, que funciona en la escuela José de la Cuadra, hasta ayer habían 25 familias refugiadas, según Aldo Anchundia, técnico de la Secretaría de Riesgos de la zona 4.

Ahí las personas tienen atención médica, comida, pero según Sofía Cedeño, damnificada, hace falta más alimentos para los niños. “Por ahora solo hay comida en lata y los niños necesitan más coladas y sopas”, mencionó.

PUEBLO NUEVO. En el sector de la Majagua, de la parroquia Pueblo Nuevo, el panorama era el mismo. Ayer los habitantes del lugar se dedicaron a sacar sus enseres por su propia cuenta.

Ahí en el lugar desapareció la única vía de acceso para los vehículos y se ha convertido en un riachuelo que crece mientras más llueve. De igual forma, la gente tiene que improvisar para poder sacar sus cosas.

Ellos también piden la ayuda de militares y policías, pero sobre todo un pronunciamiento de las autoridades para saber qué va a pasar con quienes perdieron sus hogares. 

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