Mientras unos pasaron el carnaval en sus casas junto con sus familias, otros visitaron las playas manabitas. Uno de ellos fue Germán Saravia, quien llegó desde Guayaquil con su familia a Crucita.

Cuenta que este es el segundo año consecutivo que llega hasta al balneario y gozó de los conciertos que se dieron por el feriado.

Dany Zambrano, director de Comunicación del Municipio de Portoviejo, afirma que para este feriado en la playa portovejense superaron las expectativas, pues calcula que llegaron cerca de 120 mil personas en tres día.

Otra de las que observó con buenos ojos este feriado fue Katy Alcívar, socia de la operadora Crucibella. Ella menciona que el parapente acuático fue todo un “boom”.    

Pero no todo se centró en las playas. Los comedores fueron otros de los sectores que movió el carnaval. Mercedes Mejía, del restaurante Alas Delta, menciona que la actividad en este sector empezó desde el viernes. “Llegaron turistas nacionales como extranjeros. El ambiente comercial de este año fue bueno”, manifiesta.

A este criterio se suma Julio Franco, comerciante de carpas. Él dice que el segundo día de carnaval fue el de mayor repunte. “En estos dos últimos años el alquiler de las carpas se ha mantenido en buen promedio”, detalla Franco. 

Sin energía eléctrica. Sin embargo, el carnaval no pintó para todos el mismo color, pues en el caso de Irmery Castillo, copropietaria del hotel Gran Oasis en Crucita, tuvo una pérdida de unos $ 7 mil.

Cuenta que tomó la decisión de cerrar las puertas del hotel, puesto a las fallas eléctricas que se presentaron en el sector de la calle El Deportistas hasta las colinas. “Desde el sábado se fue la luz e incluso tuve que devolver el dinero de las reservaciones”, refiere Castillo.

En Puerto López sucedió algo parecido. La falta de energía eléctrica por más de 24 horas durante el feriado generó pérdidas a varios hoteleros. 

Sol Damerval, propietaria de hostería Equus Erro del sector de Las Tunas, aseguró que se le dañaron electrodomésticos y productos comestibles que había adquirido. Calculó que las pérdidas económicas que tuvo superan los $2.000 dólares. 

Rolf Pinoargotty, de la hostería Piqueros patas azules, aseguró que de las 12 habitaciones que tenía llena de huéspedes, seis se les fueron el lunes porque “pasaron una noche fatal de calor”.

Retorno. En la terminal terrestre de Portoviejo no se registró mayor novedad en el retorno de turistas. 

Eduardo Mendoza, de la boletería de Coactur, hizo un balance rápido y dijo que uno de los retornos que mayor demanda ha tenido fue para Guayaquil. “No hubo un retorno masivo como se esperaba, pero se mantuvo activo desde el lunes”, indica Mendoza.

En Chone, Wilter Álvarez, coordinador de la terminal terrestre Sixto Durán Ballén, indicó que en horas de la mañana la afluencia de los viajeros había sido poca; sin embargo, en horas de la tarde esperaba mayor presencia de usuarios.

Puerto Cayo. Con cuatro cañas y pedazos de sacos fue como el grupo de salvavidas de Puerto Cayo improvisaron su “retén”.

Richard Tumbaco, representante de los salvavidas, dijo que desde el año anterior la torre que tenían se cayó. Lamentó además “la poca ayuda” que han recibido por parte del Municipio de Jipijapa.

Santa Ana. Mario Zambrano, jefe de turismo del Municipio de Santa Ana, indica que la gastronomía fue uno de los platos fuertes de este cantón. 

El caldo y seco de gallina criolla fueron parte de los atractivos de los balnearios como El Badén.

Chone. Otro de los balnearios con masiva afluencia fue Chone. Tanto los ríos como las cascadas y las piscinas fueron aprovechadas por los turistas y los lugareños.  El alcalde Deyton Alcívar agregó que el realce económico fue positivo en estas carnavales, pese a que el temporal del invierno afectó a algunos sitios. 

Montecristi. María Eugenia Pablo, directora de Turismo municipal, calificó como un éxito el feriado. 

Asegura que el ciclopaseo y el San José Fest captaron gran marco de público.