Jahaira Bailón, habitante de El Paraíso, dijo que primero fueron las calles cerradas y las aceras hechas zanjas, y ahora son los malos olores que los incomodan.

Antes de la reconstrucción no había los malos olores que ahora emanan de las alcantarillas nuevas que están descubiertas, aseguró. 

Se ha tenido que cubrir  las  alcantarillas con tablones y ladrillos para reducir  la salida de los gases tóxicos y  para evitar que los adultos mayores y niños sigan cayendo en las tuberías abierta, agregó.

Pedro Mero, del barrio La Sirena, también reclama porque los gases tóxicos contaminan su sector.

“Hay ocasiones en que los olores son insoportables e impiden hasta comer”, manifestó.

Constructora. Jorge Mórtola, técnico del Consorcio Tarqui, responsable de la reconstrucción hidrosanitaria en la parroquia, confirmó la emisión de gases tóxicos y otras molestias que ha generado esta obra no solo en Los Esteros, sino en Tarqui y el Jocay. Aseguró que los gases no salen de la tubería que ellos han enterrado, porque aún no está en uso.

Explicó que la intervención del consorcio de una y otra forma ha puesto al descubierto conexiones clandestinas de aguas servidas al sistema pluvial, como también que el terremoto del 16 de abril dañó en varios tramos el viejo sistema. “Todo esto es lo que genera los malos olores, que terminarán cuando la red nueva funcione”, dijo.

Mórtola señaló que las tuberías clandestinas las han venido sellando a medida que han avanzado en la reconstrucción, que en Los Esteros tiene un avance de más de cerca del 40 %.