No es ocioso recordar que estos septuagenarios artistas fundaron Les Luthiers en 1967 y en este medio siglo de cada vez satisfacer más a su devoto público de habla hispana con el dominio que ejercen aprovechando de asombrosas maneras nuestro bello idioma y pese a la ausencia del recordado Daniel, quien ha sido reemplazado por dos más jóvenes integrantes, ese domingo deleitaron al público, que en la casi obligada tercera función que a día seguido dieron en Quito, llenó otra vez el recinto que resultó estrecho para presenciar ¡Chist!, que es como denominaron a las 10 estampas con que nos abrumaron de placer los oídos, con sus voces y el sonido armónico y exquisito de los varios instrumentos que ellos, jugando, parodian a los que conocemos, siendo por ello el nombre lúdico, en idioma francés, del conjunto de marras.

Ninguna de las comedias presentadas era nueva de su repertorio, pero recordándolas revivimos tiempos pasados y hasta actuales por el inteligente doble sentido y la finísima ironía, que el público -con sus aclamaciones- lo relacionaba a hechos recientes de nuestro vivir político; destaco “La Comisión” (Himnovaciones) así se titula la trama que en intercalados momentos presentó la Comisión, que en nombre del presidente de un imaginario país, debía reestructurar el himno nacional, para lo que contrata a un simpatiquísimo como inútil compositor, con todos los bemoles que se pueden imaginar, trama en la que, sin jamás ellos decirlo, los oídos del público escuchaban las palabras Odebrecht y Petroecuador, entre otras; siendo por ello quizás los abrumadores aplausos y la ovación final que de pie el público les brindó, convertida en flores que desde las primeras filas les lanzaron en señal de admiración. Finalizo recomendando amplíen lo que estoy expresando, viéndolo Uds. mismos en YouTube; perdiéndose eso si, el placer que tuve de otra vez verlos personalmente, como ahora reseño.