La medida, entre otras cosas, permitirá canalizar recursos del Gobierno Central al Gobierno provincial y a las municipalidades, para que éstas atiendan las necesidades que salen con la dureza de los fenómenos naturales.
Y ya existen damnificados afectados por eventos como son las inundaciones surgidas al desbordarse los ríos, por los deslaves de colinas, por la salida de quebradas abiertas por la fuerza del agua que baja desde las montañas, arrasando lo que está a su paso.
Pero para enfrentar con premura las consecuencias, los gobiernos locales correspondientes deben atender con eficiencia la urgencia presentada, cuyos costos suelen ir más allá de su presupuesto normal.
Por ello la declaratoria de emergencia, para que los cantones que sufrieron daños puedan recibir con prioridad el auxilio requerido, que debe ser dirigido exclusivamente a las obras de reparación o de prevención.
Esperamos que aquello se cumpla para defensa y seguridad de la población afectada y amenazada.