En el barrio El Mirador del Centro aún duermen bajo carpas unas seis familias. “En total son unas 24 personas que vivimos en estas carpas”, indicó Jenny Toala, una de las damnificadas. Ella está resignada a vivir de esta forma, pues el Ministerio de Vivienda (MIDUVI) no puede darle casa porque no tiene terreno propio. La casa que se le cayó durante el terremoto, del pasado 16 de abril, la compartía con otros familiares, ya que era herencia.

Marisol Estrada explicó que ella continúa en carpas porque tiene dinero para pagar un arriendo, que, dijo, le representa un gasto mensual de 200 dólares. “Porque eso es lo que quieren cobrar”, dijo. Y sin tomar en cuenta la garantía de dos meses que piden, añadió.

Ella señaló que el MIDUVI quedó en reubicarla, porque su casa estaba en zona de riesgo, pero todavía no sucede aquello.