El estatismo busca que el Estado sea cada vez más grande en desmedro de las personas. Entonces, el estatismo busca más impuestos para financiar más empleados públicos que tienen que controlar más cosas, decidir qué debe estudiar la gente, controlar la expresión, liderar el desarrollo empresarial, impedir la libre asociación, concentrar en la función Ejecutiva el poder de todas las funciones. Y mucho más. 

Y generalmente concentra al Estado en una persona o grupo de personas, destruyendo así la institucionalidad y alejándose del principio fundamental del sistema democrático, como es la división de poderes. 

Un nuevo Gobierno y una nueva legión de asambleístas abren la oportunidad de sentar las bases para salir del estatismo, para recuperar la institucionalidad tan venida a menos en los últimos diez años. No debería importar si el presidente y los asambleístas entrantes son de izquierda o de derecha; lo importante es que estén más comprometidos con la democracia y la libertad que con sus partidos políticos.