Sinchi, que es el único que queda de los fundadores, señala que el nombre del grupo se deriva de las palabras Inty (sol, en quichua) y Guayas, “porque somos representantes de la cultura andina en Guayaquil”.

“Aquí en Guayaquil no hay institución o centros de formación avalados que enseñen danza folclórica. La mayoría lo hace aprendiendo lo que sus maestros les enseñaron y así se ha transmitido de generación en generación. Otros lo hacen porque han estudiado danzas modernas, jazz, ballet, etc. Cuando empezamos, nosotros ya teníamos conocimientos de danzas”, reitera el director de esta agrupación.

Refiere que este ballet andino se fundó el 21 de julio del 2000 y en la actualidad lo integran 25 personas, entre hombres y mujeres.

“No tenemos apoyo de ninguna institución en lo que van de estos diecisiete años. Muchas de las gestiones son autofinanciadas y, entre otras, las ganamos realizando gestión de contratos”, señala Sinchi, de 40 años.

Sostiene que los requisitos para los aspirantes a formar parte de IntyGuayas son sencillos: disciplina y predisposición para ensayos y presentaciones. La edad esencial para comenzar en la danza folclórica es a los 12 años, asegura.

Cada integrante tiene una preparación de cuatro meses básicos, en ese tiempo, reitera, “se adaptan muy bien a la disciplina y predisposición” para los bailes y las danzas.

Enseñanza. Las clases se dividen en teóricas y prácticas. En éstas se enseña contenido folclórico aplicado con la etnografía y la etnología, así como técnicas de movimientos aplicando ballet y danza contemporánea.

Sinchi dice que prefieren destacar las danzas andinas y del Litoral.

Los bailarines tienen funciones extracurriculares como ser estudiantes, empleados de empresas, entre otras actividades. Además, han participado en varios torneos internos y en el extranjero.

Agrega que la mayoría de los integrantes surgió de los colegios en los que han enseñado este arte, en especial del sector de la Alborada, entre ellos el centro educativo Novus, del cual proviene la gran cantidad de alumnos desde el 2006, cuenta Sinchi.

“En la zona norte la mayoría de los jóvenes están sumidos en la ola modernista y nosotros hemos puesto en ellos el amor por nuestra música tradicional y danzas ancestrales”, refiere.

Sinchi reitera que “toda ayuda es bienvenida” y por eso le gustaría pedir al Distrito 5 de Educación que les proporcione un espacio físico para poder realizar los ensayos en la zona norte de la ciudad, en el sector de la Alborada.