“Yo era muy flaquito. Había chavos (chicos) que me hacían bullying en la secundaria. Mis amigos me preguntaban que por qué me dejaba. Yo les respondía que porque me iban a golpear, eran grandotes. Allí fue que me comentaron que nos metiéramos al boxeo. Solo costaba 150 pesos (siete dólares), necesitábamos llevar dos vendas y cuerdas. Era barato, en el fútbol necesitaba uniforme, tacos (pupos)”, comenta. 

En su primera opción, el fútbol, comenzó por influencia de su madre, que era entrenadora.

Sin embargo, cuenta, no pudo cumplir ese sueño, ya que fue rechazado por su estatura y peso. “Me probé en los Pumas de la UNAM, pero no quedé, era muy pequeño y delgado para ser delantero”, recuerda. 

A los 15 años, de casualidad, empezó el ‘bichito’ del boxeo. “El chico que me ayudó a entrar al boxeo me decía que mi apellido era difícil. Me decían ‘Michel’, ‘Bechel’ y él de la nada me dijo que sería el ‘Alacrán’”, indica.

Este apodo guarda un valor sentimental en la vida de Miguel. “Mi abuela antes de fallecer me dejó un alacrán de oro y yo soy escorpión. Siento que es una forma de rendirle tributo a mi abuela”, explica. 

Como todo campeón, Miguel ha tenido que sacrificarse. “A mi papá no lo conocí, nunca lo conocí. No me hizo falta. Las mujeres son muy fuertes. Mi mamá me enseñó muchas cosas, ese coraje de una luchadora”, cuenta.

Además explica que desde los 12 años empezó a trabajar para ayudar en su casa. “Era cerillito, aquí en México es ser empacador de supermercado”, menciona.

Ecuatorianos. Berchelt manifiesta que el boxeo ecuatoriano está a buen nivel, sobre todo con Carlos Mina. “Es un buen boxeador, hay que seguirlo de cerca, dará grandes glorias a Ecuador. Necesita un poco más de esfuerzo, sacrificio y que tenga buen apoyo”, señala. 

Pero no solo es seguidor del boxeo ecuatoriano. ‘Alacrán’ se considera un admirador del fútbol tricolor. Uno de los personajes que recuerda es Álex Aguinaga. “Lo seguía mucho cuando estaba en Necaxa. Nunca tuve la oportunidad de conocerlo, me hubiese encantado”, dice.

Sin embargo, sí tuvo la oportunidad de estar cara a cara con otro futbolista reconocido, al cual admira por su sencillez. “Me encontré con Michael Arroyo. Pude platicar en una plaza y le pedí una foto. Es muy sencillo, humilde, platicamos un ratito, hablamos de juegos de Playstation”, manifiesta ‘Alacrán’.