Dos hermanos, acusados de reclutar a estudiantes adolescentes y modelos, fueron sentenciados a 16 años de cárcel por explotación sexual.
La investigación de la Fiscalía determinó que los procesados eran líderes de una red dedicada a la trata de personas, que tenía su centro de operación en Manta y funcionaba en Portoviejo y Esmeraldas.
La investigación determinó que la red tenía tres años operando, y que las víctimas cayeron en la organización tras ser conquistadas a través de redes sociales.
La sentencia en contra de los hermanos fue impuesta por los jueces del Sexto Tribunal de Garantías Penales de Manabí, basándose en el artículo 92 del Código Orgánico Integral Penal, que dice: “La sanción recae cuando el agresor vulnera doblemente a la víctima debido a la existencia de una relación afectiva”.