Pero me he preguntado y me sigo preguntando ¿valió la pena haber permanecido en “La Gran Colombia” porque hubo causas negativas contra nuestro país como: La ley de División Territorial del 25 de junio de 1824 donde se incorpora Pasto, Popayán, Cali, Buga, etc, a Colombia desmembrando nuestro territorio. Otra fue la batalla de Tarqui, en la que cuatro mil bravos gran colombianos derrotaron a ocho mil peruanos por la posesión de las provincias de Jaen y Mainas. Habiendo obtenido el triunfo y para mantener las buena relaciones con el país vecino del sur, los nuestros cedieron dichas provincias la última, cuando se reunieron en Colombia para determinar los gastos que cada país debía asumir por el alto costo de la deuda contraida con Inglaterra por la independencia y al no asistir nuestro de delegado, Venezuela y Colombia impusieron su voluntad y la dividieron para tres muy a pesar de que los costos de nuestra independencia no fue igual a los de los otros dos países. Lo importante de esta fecha 25 de junio es que recordamos el nacimiento del Viejo Luchador don Eloy Alfaro Delgado, quien cambió la vida política de nuestra patria, con libertad igualdad y confraternidad. Y la misma ley que nos desmembra territorios, crea la provincia de Manabí, antes Bolívar el 2 de agosto de 1822 había creado la provincia de Portoviejo, pero no tuvo personería jurídica porque este cantón obedecía órdenes de Guayaquil incluido el cantón Montecristi. Fue el congreso de Bogotá presidido por Francisco de Paula de Santander quien promulga la primera ley de División Territorial el 25 de junio de 1924 otorgándole personería jurídica a la provincia con el nombre de “Manabí”. Han pasado tantos años de su creación como provincia, ha querido despertar, se ven signos de progreso, pero el bicentralismo nos quiere seguir manteniendo como una provincia relegada, pero el manabita ha despertado y jamás permitiría que estas ciudades sean las únicas priviliegadas por los gobiernos de turno y la oligarquía de Quito y Guayaquil.