Actualizado hace: 931 días 11 horas 29 minutos
Hojalatería, un arte tradicional

Cuatro hojalateros de Cuenca se resisten a que muera el arte de trabajar con láminas metálicas, un oficio tradicional.

Martes 24 Enero 2017 | 04:00

Una nota publicada en diario Expreso detalla que es el arte de elaboración manual de barriles, cantarillas, baldes, bebederos, comederos, jarros y utilitarios en lata, que hoy en día han sido reemplazados por objetos de plástico. 

De los 20 artesanos que existían, solo unos cuatro mantienen lo aprendido de sus ancestros. Los 16 restantes están dedicados a la reparación de objetos de hojalata, indicó Juan Gutiérrez, hojalatero de 52 años de edad que ha heredado el oficio de su bisabuelo.
“Soy la cuarta generación que sigue trabajando en hojalata, bronce y cobre, que son parte de la hojalatería”, manifestó Juan.
El hombre mostraba una chocolatera, recipiente en el que entre los años 1935 y 1940 las abuelitas preparaban el delicioso dulce proveniente del cacao. “Ahora estos artículos sirven para decorar las casas, ya que en la actualidad hay chocolateras de fierro enlozado”, anotó Gutiérrez.
Época de la fundación. El taller de Juan está en la subida de El Vado, uno de los primeros barrios de Cuenca. La investigadora Ana Abad, en su libro “La hojalatería: arte, oficio y realidad”, reseña que junto al barrio El Vecino se ubicaban los dos territorios donde se asentaron estos artesanos desde la misma fundación de Cuenca.
Juan y su padre, José Gutiérrez, fueron galardonados en dos ocasiones con el premio “Gaspar Sanguina”, otorgado por la Municipalidad de Cuenca por mantener el arte de la hojalatería.
Ahora los trabajos son pocos, cosas utilitarias para la agricultura, ganadería, avicultura, que “comparto con objetos decorativos, y de vez en cuando hago alambiques, instrumentos de cobre que se utilizan para la evaporación y posterior condensación de los alcoholes de diferentes mezclas, y uno que otro objeto de cincelado”, detalló Juan.
Varios de los trabajos hechos por el artesano cuencano han sido llevados al hotel Palma Royal en Santa Cruz, Galápagos; EE.UU., Nueva Zelanda, Austria, España, etc. “Gracias a Dios la gente europea todavía aprecia estos trabajos hechos a mano”, comentó el hojalatero.
Antigüedades. Obras en hojalatería hechas en los siglos XVIII y XIX, como marcos para cuadros, floreros, candelabros, faroles, se conservan en monasterios y conventos de Cuenca, como los de las Conceptas, el Carmen, Todos Santos y el Cenáculo, según consta en la obra de Ana Abad.
“Antiguamente los hojalateros trabajábamos en las latas, piezas delgadas de acero que eran la base de las obras. En la actualidad trabajo con hierro fundido, aluminio, metales galvanizados, zinc, cobre y acero inoxidable, pero el oficio y la fuerza de voluntad persisten”, agregó Raúl Merchán.
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