Aquello ocurrió el domingo en la ciudadela La Paola de Montecristi.
Franco contó que el perro, después del baño, salió a la vereda y comió algo.
El dueño indicó que, al ver que empezó a convulsionar, quiso llevarlo a donde un veterinario para salvarlo, pero la mascota, de 10 meses de edad, se desmayó y murió.
Dijo que sobre la vereda, donde el animal vomitó, quedó una mancha que aún no se puede eliminar. Por eso creen que el perro fue envenenado.
Con el fallecimiento de “Nan-Nan” ya son cuatro los perros que han muerto en forma parecida en La Paola. Los vecinos insisten en que les dieron veneno.
Franco manifestó que el primer cachorro asesinado fue “Chapulín”, cuando salió de la casa de sus amos y lo hallaron muerto en la esquina de un callejón. Aquello sucedió el lunes 9 de enero y al día siguiente envenenaron a otra mascota llamada “Chucky”, indicó.
El jueves encontraron a otra mascota sin vida y la historia volvió a repetirse el domingo, pero en este caso fueron dos: “Nan-Nan” y “Peluche”.
La primera mascota murió y la segunda está convaleciente. Los vecinos informaron que “Peluche” sobrevivió porque le dieron leche y luego abrieron su hocico para que bebiera aceite de cocina. A los pocos segundos empezó a vomitar el alimento envenenado. Ahora “Peluche” permanece dentro de la casa de sus dueños.
Denuncia. María García es madre de una niña de 18 meses de nacida y manifestó que presentó la denuncia en la Policía por temor a que los niños también resulten intoxicados.
“Vivo en el callejón donde están envenenando a los perros y aquí habitan más de once niños. Nuestro temor es que ingieran algún tipo de alimento contaminado con esas sustancias”, expresó García.
Con la denuncia, ella pide a la Fiscalía que impulse una investigación para dar con el responsable de la muerte de las mascotas del sector.
El artículo 249 del Código Orgánico Integral Penal establece como una contravención el asesinato de mascotas, cuya sanción es de 3 a 7 días de prisión, se informó en la Fiscalía.