El bastón que usa para apoyarse casi no encuentra base en los alrededores de su vivienda, debido al lodo existente provocado por el rebose de aguas servidas. “Es como una maldición mirar por todos lados y ver desconsuelo. Nos toca cargar una cruz muy pesada”, aseguró.
Edita Macías, por su parte, declaró que sus hijos se enferman con frecuencia debido al ambiente donde se encuentran.
Frank Mendoza, director de operaciones y mantenimiento de la empresa municipal Portoagua (antes Epmapap), aseguró que la intervención en las calles Cristóbal Colón y Eloy Alfaro ha sido constante de su parte, pero requieren de una evaluación más profunda para saber por qué es el problema.
“Puede ser cambio de tubería. Estamos predipuestos a colaborar pese a que en la ciudad en el general el alcantarillado está afectado”, declaró.