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Tristeza y alegría en el puerto tras arribo de pescadores

Lo que dijo Wilson Calderón, uno de los sobrevivientes de la tragedia del barco Don Gerardo Dos, resume su sentir y el de otros 11 rescatados que llegaron ayer al Puerto de Manta: “Feliz porque voy a ver a mi familia, pero triste por los compañeros fallecidos”.

Martes 20 Diciembre 2016 | 04:00

Los sobrevivientes llegaron  a las 16h00 de ayer. Con ellos también arribaron los cadáveres de cinco fallecidos, de una tripulación de 23.
Ellos vinieron a bordo de la fragata Isla Fernandina, que fue anclada en el muelle internacional. 
El fiscal provincial, Enrique García, manifestó que a cada uno de los pescadores se le tomó fotografías y las huellas digitales para constatar su identidad. Una vez cumplido con este requisito, los sobrevivientes bajaron de la embarcación y se subieron a un bus de la Capitanía. Todos llevaban chalecos salvavidas. 
Ellos fueron llevados hasta una clínica, donde se les realizó una valoración médica antes de reencontrarse con sus familiares. Mientras tanto, los cinco fallecidos fueron llevados al Centro Forense para realizarles la autopsia y determinar las identidades.
El gobernador de Manabí, Xavier Santos, manifestó que, según el protocolo, se establece que la búsqueda se realice en un período de siete días. Sin embargo, tratarán por todos los medios de encontrar a los pescadores reportados como desaparecidos. Lo hacen por aire -con aviones tripulados y no tripulados-, por tierra y por mar. 

Indemnización. Xavier Santos informó que el domingo pasado hubo una reunión en Santa Marianita con los dueños del buque mercante de bandera panameña que impactó al Don Gerardo Dos. El objetivo es llegar a un acuerdo respecto a una indemnización hacia los deudos de las víctimas. El funcionario afirmó que ellos están apoyando a los familiares en temas jurídicos. 
Carlos Nivela, Capitán del Puerto de Manta, manifestó que la embarcación Don Gerardo Dos fue hundida porque perdió su estabilidad de flote. 
“La nave fue sumergida el domingo a las 17h30 porque representaba un peligro para la navegación, y además su propietaria estuvo de acuerdo con aquella decisión”, expresó.
Nivela destacó que antes de hundir el barco se verificó que no estaba ninguno de los seis desaparecidos en su interior.
El capitán confirmó que el barco y el buque mercante de bandera panameña tienen equipos tecnológicos,  como radares, para ubicar algún objeto a su alrededor y, a través de un sistema de alarma, anunciar algún tipo de peligro, pero desconoce por qué se produjo el choque. El percance ocurrió la madrugada del sábado.
El fiscal general, Galo Chiriboga, también desconoce las causas del accidente, y reveló que la investigación de esta tragedia se realizará en Panamá, debido a que el accidente se registró en aguas internacionales. Además, así lo dispone una norma de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). 
La CONVEMAR tiene tratados multilaterales y es calificada como la Constitución de los Océanos. 
Chiriboga manifestó que Kenia Porcell, procuradora general de Panamá, ya tiene conocimiento sobre la investigación que debe impulsarse a través de un Consejo de Seguridad. 
“Nosotros, como Fiscalía, vamos a velar por los derechos de las víctimas y le vamos a pedir a la procuradora de la república panameña que represente a los pescadores en caso de presentarse alguna acción jurídica fuera del territorio ecuatoriano”, enfatizó el funcionario.
 Dolor. Esta tragedia ha golpeado a siete familias de la parroquia Santa Marianita. 
La familia Flores ha perdido a tres de sus miembros: Carlos Flores, conocido como “Calero”; su hermano Pedro, conocido como “Cabeza”, y su hijo Luigi, conocido como “Yoyo”. Además sigue desaparecido Jefferson Flores.
“Esta tragedia nos ha golpeado fuerte, y nuestro anhelo es que Jefferson sea encontrado con vida. Sabemos que aquello es imposible, pero no vamos a perder la fe”, expresó Marilyn Flores, pariente de los cuatro pescadores.
Ella recuerda que su hermano, Jefferson Flores, hizo algo que nunca había hecho antes de ir a pescar: darle un beso a su madre, Loly Reyes. “Y fue como una despedida”, agrega Reyes.
Pablo Alvia era el capitán del barco y tenía cinco hijos. En su casa ya prepararon la sala para velarlo. 
“Mi hijo se dedicó toda la vida a pescar, y no es justo que muera de aquella manera”, expresó su madre, Juana Alvia.
Otro de los tripulantes que perdieron la vida en el accidente es Manuel García, de 62 años de edad, quien ya se había jubilado de la pesca, pero el jueves salió a faenas porque tenía un sueño: trabajar por última vez en altamar y reparar su vehículo dañado.
“Mi padre quería dedicarse en este 2017 a realizar fletes desde Santa Marianita hasta el centro de Manta, y quería arreglar el motor de su carro”, expresó su hija Elena. 
El pescador era padre de ocho hijos, de los cuales dos son menores de edad.
Ayer en la mañana algunos habitantes de Santa Marianita comenzaron a construir las tumbas donde sepultarán a los pescadores. Ramón Ponce Pilay también navegaba en la embarcación y, aunque era oriundo del cantón Jipijapa, su cuerpo será velado en el barrio 15 de Abril de Manta.
Luis Ponce manifestó que el cadáver de su hermano será sepultado en Manta, porque ese era uno de sus deseos. Él tenía 40 años y deja cinco hijos menores de edad en la orfandad. 
Ponce era de Manta, pero tenía cinco meses viviendo en el barrio El Mirador de Jipijapa.
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