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Creencia
El pueblo afro y su gran devoción por los santos

Domingo 11 Diciembre 2016 | 00:00

La figura de San Martín de Porres, el Divino Niño en representación afro y la Virgen del Carmen son las imágenes más veneradas por el pueblo afro, caracterizado por su fervor y religiosidad.

En Guayaquil, los que llegaron desde sectores de migrantes esmeraldeños al programa Socio Vivienda, en su mayoría eran personas afro muy devotas de la Virgen, la patrona de los pescadores.
“Todos se mudaron, pero a mí me tocó quedarme a orillas del estero Salado. En este lugar reúno los 16 de julio a la gente a venerar a la Virgen del Carmen, festejamos a nuestra patrona, nos reunimos con algunas asociaciones de varios sectores de Guayaquil en un acto de fe, con la finalidad de rendirle tributo a la patrona”, dijo Taylor Mercado, presidente de Funime, ubicada en las calles 44 y la J, a orillas del estero.
Yudy Lastra, dirigente de la Asociación de Mujeres Negras Colombia Valencia, colectivo dedicado a la labor social en la comunidad del barrio Cisne 2, en el suburbio oeste de Guayaquil, es quien realiza desde su casa las novenas. 
Lidera a los devotos en estos actos de fe, en especial los 23 de diciembre.
Cantan arrullos y tonadas a la Virgen, mientras lo hacen le van expresando su fe.
Tradición. Los ritmos e instrumentos tradicionales del pueblo afro no pueden faltar en una celebración popular, el cununo, guasá y, por supuesto, la marimba.
El acto comienza con la novena, continúa con arrullos durante toda la noche. No solo es en el domicilio de Lastra, en otras casas del sector se cumple con similar veneración.
Comentan los presentes a la novena, en su mayoría esmeraldeños migrantes, o hijos de ellos, que en su tierra, en el cantón Eloy Alfaro, los fieles han levantado un monumento de ocho metros para su patrona la Virgen del Carmen. 
Al norte del cantón Río Verde, además, se realizan romerías por el mar trasladando a la figura de la Virgen en lancha.
Otros sectores. En la Isla Trinitaria construyen pequeños altares a sus divinidades, en especial a los santos, “yo siento que Cristo es negro, es mi creencia, por qué no podría serlo”, agrega Lastra.
“Me regalaron una estampita de San Martín de Porres y le pedí todo lo que quería. Las cosas se me iban dando y le prometí que si seguía así, le haría la romería en el río y además ayudaría personalmente a armar la balsa para hacerle la procesión en el mar. Todo se me dio y desde ahí, hace 10 años, hago ese recorrido”. 
Así lo relata Aisa Valdez, organizadora de esta jornada religiosa en Borbón, parroquia Canchimalero, al norte de Esmeraldas. 
Para hacer la fiesta, recaudan dinero durante el año. Lo que van ganando lo colocan en una alcancía. Con lo obtenido, arman una balsa en Canchimalero. 
Las historias en torno al santo peruano son muchas. 
Una de las más conocidas involucra a una señora que viajaba a comprar mercadería a Colombia y que llevaba consigo una estampita del ‘santo negro’. La lancha naufragó y a ella la encontraron viva con la imagen en sus manos. 
 
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