Me hierve la sangre al escuchar y leer ditirambos insulsos en discursos demagógicos de ciertos “personajes” que pretenden convertirse en “salvadores” del río grande o río Portoviejo, agredido segundo a segundo, todos los días, meses y años. 

Es un delito que cometemos contra la madre naturaleza en su esencia líquida vital: nuestros ríos, especialmente contra el río Portoviejo, el más contaminado de Ecuador.

Agradezco a El Diario y al colectivo Cider, que nos han acompañado y acompañan valientemente en esta noble cruzada a favor de nuestro servicial río, del que nos valemos en todo instante para preparar los alimentos, bañarnos, practicar la natación, lavar nuestras vestimentas en nuestros hogares, hoteles, restaurantes, almacenes, oficinas públicas y privadas. 

No se puede permitir que destruyan con máquinas el hábitat de las iguanas, de las aves e insectos en el sector del parque El Mamey. 

Esto debe hacerse manualmente y con los cuidados pertinentes, para no agredir más la naturaleza en ese sector.

Apreciado amigo, Dr. Franklin Zambrano Loor, delegado de la Defensoría Pública, aplique con urgencia las normas supremas de la Constitución y de la ley de la Defensoría Pública para sancionar severamente a las autoridades y funcionarios, que en la sesión de trabajo conjunto Interinstitucional, en el salón de la Gobernación de Manabí se comprometieron a tomar acciones a favor de nuestro río Portoviejo; y no han cumplido con sus demagógicas ofertas. 

Manos a la obra, estimado Franklin.