No se trata de ser hincha de Emelec o de Barcelona; ni de Liga de Portoviejo o del Delfín. El periodista expone el siguiente análisis percibiendo que la concurrencia familiar a los estadios serán las grandes ausentes, abriéndole las puertas al desorden y mala hinchada que se tapiña en el color y barra de un club. 

Pues, después de que la FEF decidió la noche del martes 25 de octubre de 2016, que el Clásico del Astillero se juegue sin público visitante para precautelar la seguridad, basándose no en derecho,  ni en informe jurídico, sino tan solo una intervención del síndico Guillermo Saltos, quien aseguró que la postura de Emelec es la adecuada con la situación que se vivió previo al cotejo que se jugó el miércoles 26 de octubre de 2016 a las 16h00 en el estadio George Capwell.

Ya el exministro del Interior José Serrano Salgado indicó en su cuenta de Twitter que “por seguridad” los Clásicos del Astillero deben jugarse solamente con hinchadas locales. 

Oportuno recurrir a nuestra Constitución, Art. 393.- El Estado garantizará la seguridad humana a través de políticas y acciones integradas, para asegurar la convivencia pacífica de las personas, promover una cultura de paz… 

Pero como abogado invoco al capítulo primero: Art. 1.- El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia, social...

El mayor antecedente de intervención de un Estado fue Inglaterra, donde tuvo que morir tanta gente para que, en 1989, se tomara la decisión de erradicar la violencia que azotaba al fútbol desde los años 60. Pero se consiguió gracias a unas drásticas decisiones en las que participaron el Estado, Policía, el fútbol y la empresa privada.

La intervención del Gobierno de (Margaret) Thatcher (+) contra las barras no acabó ahí. 

Grupos élite de la policía fueron creados para combatir los nichos de barras bravas en los suburbios donde se encontraban; además, varios agentes fueron infiltrados en el interior de los ‘Hooligans’, lo que consiguió la sentencia de cerca de 50 caciques de las barras, más la judicialización de por lo menos 5.000 fanáticos. 

Finalmente, de acuerdo a nuestra investigación, una medida clave fue carnetizar a todos los integrantes de las barras, no solo para identificarlos, sino para saber si tenía antecedentes judiciales. Además, no podían entrar a los estadios y espectáculos en general.