Almeida, de 33 años, perdió la vida ayer a las 07h25 en la ciudadela Jaramisol de Jaramijó, de seis tiros en la cabeza. 

Pihuave manifestó que una de las hipótesis es que lo mataron por la disputa de un terreno, ya que la víctima había recibido amenazas de muerte desde hace dos años.

Según explicó la Policía, el asesinato se produjo en la vía que une las carreteras Manta-Jaramijó y Manta-Rocafuerte, cuando el hombre salía de su hogar para dirigirse a Montecristi, a cuidar la bodega de una empresa donde almacenan materiales de construcción. 

A Almeida le dispararon justo cuando caminaba para tomar el bus. El asesino iba solo en una motocicleta negra, cubierto con un casco de seguridad. 

El sicario disparó contra su víctima para luego girar a la derecha, se quitó la chompa y el casco y abandonó la moto. Los testigos dijeron que el criminal huyó en un carro que era conducido por su cómplice y, aunque la Policía organizó un operativo, ninguno fue localizado. 

Un terreno. Pihuave manifestó que se levantó una investigación con agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas para establecer si la causa del crimen habría sido por el terreno donde, hasta antes de su muerte, la víctima vivía con su esposa, Ximena Zambrano. Ella cree que su cónyuge no fue asesinado por aquel solar, y sospecha que el criminal se equivocó de persona.

“Mi marido era una persona que no le hacía daño a nadie. Dios se encargará de hacer justicia”, expresó la viuda. 

Ambos son oriundos del cantón Flavio Alfaro, pero tenían cuatro años viviendo en Jaramisol. 

En la orfandad quedaron dos menores de edad: una niña de siete años y un niño de dos. El cuerpo de Almeida será velado y sepultado en Flavio Alfaro. 

Este año se han registrado 18 muertes violentas en Manta, Montecristi y Jaramijó.  De acuerdo a las investigaciones de la Policía, 14 muertes se han registrado a bala y 4 a puñaladas.