En Portoviejo hasta hace pocos años se hablaba de que sólo el 15 % del presupuesto iba para obras y el saldo al gasto. La relación ha mejorado, pero aún falta mucho, especialmente si se considera que el presupuesto anual en dólares absolutos también ha aumentado. Esta estructura de gasto ha sido uno de los problemas crónicos de Portoviejo durante los últimos 25 años. En el 2017 serán más de 1.300 las personas que, bajo forma de contratación, prestarán sus servicios al cabildo. 

Hace diez años, la alcaldesa Patricia Briones contrató con la consultora Alianza Estratégica un estudio para determinar cuántas personas requería el municipio. En ese entonces había unos mil empleados. El estudio determinó que debía reducir cerca de 400 personas.  En su campaña electoral el alcalde Agustín Casanova ofreció que gran parte del dinero se invertiría en obras y en la prestación de servicios eficientes.  Es de esperar un plan para enfrentar el problema del alto gasto corriente, que ha perdido visibilidad y urgencia, seguramente como consecuencia del crecimiento del presupuesto, debido a factores como el precio del petróleo y las recaudaciones tributarias nacionales.