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Crucita
En Cañón de humo se hará el puerto

Héctor Alcívar busca entre sus recuerdos y lo único que se le viene a la mente es que la calle es la que le da el nombre al sitio: Cañón de Humo.

Domingo 04 Diciembre 2016 | 04:00

Tiene 65 años y hace poco se retiró de las faenas de pesca a las que dedicó toda su vida. No recuerda alguna razón particular para que ese sitio de la parroquia Crucita, donde ha vivido toda la vida, se llame así. 

“La calle de ahí se llama igual y ya todo el mundo lo conoce así de toda la vida”, cuenta, señalando la estrecha vía que termina en un muro de piedras que colinda con el mar.
Héctor descansa un rato en una hamaca y observa  sobre la playa la escena de todos los días: un bote que acabó de llegar de faena y ahora es llevado tierra adentro, a una zona lejos de las olas, con la ayuda de un tractor.
“Antes era a puro pulso, empujando”, recuerda este pescador retirado que espera que delante sus ojos el paisaje cambie para bien del gremio al que le dedicó sus mejores años.
Y puede que así sea cuando se termine la obra que los pescadores de la zona han esperado por mucho tiempo.
Obra. En el sitio Cañón de Humo, ubicado entre Los Ranchos y Los Arenales, es donde se hará la construcción del puerto y facilidades pesqueras para Crucita.
El proyecto tiene una larga data. Los primeros estudios se realizaron entre el 2011 y 2012. La actualización se desarrolló el año pasado y ahora se ha anunciado la ejecución por casi 25 millones de dólares y con trabajos que tomarán 30 meses.
Gregory Franco, director general de Desarrollo Económico del Municipio de Portoviejo, confirmó que la semana pasada fue emitido el permiso de construcción que solicitó el Servicio de Contratación de Obras (SECOB), entidad que está a cargo del proyecto que se realizará en el marco de la reconstrucción post terremoto.
Proyección. Para el funcionario esta millonaria inversión busca solucionar dos grandes problemas que afectan a “La Bella” y sus pobladores: la inseguridad al no tener dónde resguardar las embarcaciones y los inconvenientes que causa la actividad de eviscerado que se realiza sobre la playa.
En el primer caso, dijo Franco, se contará con la capacidad para guardar con total seguridad 365 embarcaciones; y en el segundo, se proporcionará toda una cadena de servicios que permitirá el desarrollo del procesamiento de la pesca con condiciones de trabajo seguro e higiene adecuadas.
Franco destacó que la implementación de estas acciones permitirá, por un lado, potenciar al sector pesquero que podrá mejorar sus procesos y dar valor agregado; y, por otro, dejar las zonas de playa dedicadas al uso turístico, libres para esos fines y así atraer más recursos económicos.
“El impacto ambiental que causa el eviscerado no alienta la inversión. Mientras que el ordenamiento beneficia a todos los sectores. Es ganar, ganar”, resaltó el funcionario.
Pesca. En Crucita, especialmente en Los Arenales y Los Ranchos, se concentra una flota pesquera que tiene entre sus principales capturas la pinchagua.
Entre lanchas de fibra y naves llamadas nodrizas, suman cientos de embarcaciones dedicadas a esta actividad.
Cuando los botes llevan la  pinchagua a tierra es eviscerada en ramadas montadas sobre la playa antes de ser vendida a industriales en cantones como Manta o Jaramijó.
Los estudios para la facilidad pesquera calcularon que se mueven en la zona  unas 91,47 toneladas diarias, 27.440 toneladas al año de pesca.
De la cadena de captura, eviscerado, comercialización, insumos y más dependen miles de personas de Crucita y poblaciones aledañas.
Manuel Mero, presidente de la cooperativa de pesca artesanal Los Arenales, estima que entre 6 mil y 7 mil personas viven directamente del mar, y ese número se amplía si se cuentan servicios como transporte, comercialización y otros.
Para el dirigente el logro de la construcción de las facilidades pesqueras es un triunfo del sector. Explicó que desde la administración municipal anterior estuvieron haciendo gestiones para impulsar el proyecto y ahora esperan que se construya en el menor tiempo posible.
Mero destacó especialmente la necesidad de seguridad para las tareas de pesca, tanto para las embarcaciones como para las ramadas de eviscerado.
Drama. Y es que la factura que pasan los oleajes  no es barata.
Johan Chávez, presidente de la cooperativa de pesca Sardina Mar, indicó que tras una fuerte marejada, la embarcación de un familiar suyo terminó semidestruida. “Por suerte no tenía motor pero, igual, tuvo muchos daños. Más de 700 dólares se gastaron en la reparación”, comentó al reiterar que el puerto pesquero es un largo pedido en la zona.
Para quienes se dedican al eviscerado el panorama es crítico también. Se calcula que de las 35 ramadas que había en la zona, ahora sólo quedan cinco en pie. Todas han tenido que ser desmontadas por los daños sufridos por el mar.
Sofía Delgado trabajaba en una de las que fue afectada  en el último aguaje. “Eso fue lo que quedó”, dijo al señalar una pila de cañas que antes sirvieron para montar el que era su lugar de trabajo. Ahora se acomoda en el sitio que puede, aunque tampoco hay mucho que hacer debido a que la pesca se ha reducido drásticamente en los últimos meses.
Pedido. En el sector pesquero hay expectativa porque se edifique la obra,  pero desde ciertos sectores se pide más información sobre el proyecto.
Filamir Ostaiza es pescador en la zona de Cañón de Humo y afirma que hasta el sector no han llegado a presentar el proyecto y que sólo se ha realizado en poblaciones vecinas. Desde el Municipio se informó que han existido múltiples asambleas, reuniones y más para difundir la obra.
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