Viajaba en bus de Quevedo a Quito con su pareja y su hija. Ella llevaba a su niña abrazada, de pronto el bus volcó y luego chocó.

“Vi volar por la ventana del bus parte de mis brazos aferrados al cuerpo de mi pequeña Brithany”, dice  entre lágrimas. Es lo peor que le ha pasado, resalta.

La falta de sus extremidades y la muerte de su hija trajeron otros problemas.

Lisseth recuerda que familiares de su expareja, aduciendo que ella no “servía para nada”, influyeron para que dos meses después, él la abandonara.

Después del accidente Lisseth recibió terapias psicológicas.

Al conocer de cerca la psicología decidió estudiar esa carrera. 

Ahora está en séptimo semestre en la Universidad Técnica de Babahoyo, extensión Quevedo.

Escribe con parte de su brazo izquierdo en su computadora e incluso en su teléfono móvil.

“Mis amigos dicen que soy una bala para escribir”, comenta entre risas. 

Asegura que su discapacidad no le ha impedido estudiar ni disfrutar como cualquier chica de su edad.

Sus profesores se han adaptado a las necesidades académicas. 

A clases siempre lleva su alegría, el cabello bien peinado y un maquillaje perfecto. ¿Pero cómo se maquilla?.

Ha desarrollado una extraordinaria habilidad con sus pies. El rímel lo coge con los dedos y lo aplica con mucho cuidado sin mancharse. Su delgadez y flexibilidad le ayudan en el día a día. 

Otros casos. Hay parejas que se mantienen juntas, aún en tiempos de enfermedad. 

Socorro García de Cevallos es esposa de Santo Cevallos. A él le dio parálisis cerebral desde cuando tenía 60 años y desde hace 17 posee esta discapacidad, no pude mover la parte izquierda de su cuerpo.   

García mencionó que la situación cada vez es más complicada, pues ella actualmente también tiene problemas en su columna a causa de una caída. 

“Él es como un niño, hay que cambiarle los pañales, bañarlo, darle de comer; hay que moverlo a cada rato y colocarle sus cremas. No hay días de descanso”, mencionó García. 

“Es triste tener a una persona mucho tiempo en cama. Durante todo este tiempo me he sentido terriblemente, me he sentido sola, e incluso a veces he tenido que llamar a mi exyerno para que me ayude”, mencionó Socorro. 

En la provincia. Según datos publicados en la página del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidad (Conadis), en el país se registran 231.937 casos de discapacidad en hombres y 183.563 casos en mujeres (415.500 en total), de ellos 44.074 son manabitas, lo que equivale al 10,6 %.  

Patricia Vintimilla, delegada técnica del Conadis para Manabí, dijo que se ha ganado mucho en este campo y habló de tres momentos históricos: la declaratoria por parte del Gobierno Nacional del tema discapacidades como política pública y la declaratoria de emergencia para que lleguen los recursos para atender las discapacidades; la aprobación de la Ley de Discapacidades; y, contar con una agenda de la igualdad, que es el instrumento técnico que deben cumplir todas las instituciones. 

Al indicar que “no podemos esperar que la discapacidad nos golpee la puerta”, indicó que aunque se ha avanzado todavía hay discriminación por desconocimiento de los ciudadanos y falta crear conciencia sobre el tema.

Destacó los logros con los GAD para que se respete la norma INEN en cuanto a incluir el tema de accesibilidad en los planes de ordenamiento territorial para que sean aprobados.