El riego de sembradíos con agua proveniente de fuentes contaminadas, como son las lagunas de oxidación es, como expresa nuestra gente, una práctica más que conocida y que perdura por la indiferencia conque la miran las autoridades municipales y de salud. Tanto que no se sabe a ciencia cierta qué repercusiones causa, en qué extensión y cuántos practican este riego, por la falta de investigación y de estudio profesional. En el camal municipal, cuya modernización ha sido planteada desde hace un buen rato pero que hasta ahora no pasa de ser buena intención, se mantiene la insalubridad al igual que los riesgos de enfermedades, que se han difundido en razón a que el desposte de las reses que consumen los habitantes de la capital manabita, en su mayor parte se lo realiza en forma clandestina, sin control sanitario. Es tan cierto que a diario se multiplican los puestos de expendio público de carne y más productos cárnicos manipulados en la forma más burda en calles y veredas. En la parroquia Calderón los ciudadanos se quejan de la gran cantidad de moscas que ha invadido el centro poblado, insectos voladores que no permiten a los residentes desempeñar tranquilamente sus labores, especialmente cuando están comiendo. La presencia masiva de las moscas tiene alarmada a la población. Ante estas amenazas a la salud colectiva, el Consejo Cantonal de Salud debe activarse para tomar cartas en el asunto y disponer las medidas pertinentes para elaborar la programación que facilite el control sanitario, con la mayor participación de la Dirección Provincial de Salud y de la misma corporación municipal.