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Niños con parálisis cerebral reciben sillas especiales

Geovanny Ostaiza no puede contener la emoción de ver a su hija cómodamente sentada en su nueva silla, adaptada a su cuerpo.

Jueves 27 Octubre 2016 | 04:00

 La mira y le parece mentira que esté tan bien, sentada en ese equipo hecho con piezas móviles que se han instalado para que su espalda esté cómoda, sus pies a la altura exacta, y protegida por cojines de protección.

Ella tiene ocho años y una enfermedad que ha afectado el normal desarrollo de su cuerpo, explica este padre de familia que llegó desde El Carmen para recibir esa donación.
“Teníamos otra silla, pero era muy grande. No se la podía poner en ella. La tuvimos más de un año y la usó como cinco veces. Esto es otra cosa”, cuenta orgulloso.
200 sillas especiales para niños con enfermedades como parálisis cerebral y otras fueron entregadas gracias a la labor de fundaciones locales e internacionales.
Ayuda. Hope Heaven West, Bayside Medical Missions, Prebyterian Church, Fundación La Vida, Club Rotario Portoviejo Reales Tamarindos, Gobierno Provincial de Manabí y otros se unieron para hacer posible estas ayudas.
Flor Fellers, directora del la fundación La Vida, explica que durante más de dos años se hizo un seguimiento a los pacientes con este tipo de problemas para determinar sus condiciones reales, medidas y el tipo exacto de silla que necesitan.
Lonny Davis, de Hope Heaven, indica que con una silla de ruedas normal son muy frecuentes las heridas y lesiones provocadas por la mala postura que obligan a tener a los niños.
“Son sillas que se adaptan totalmente a los niños, a la forma de sus cuerpos, para que tengan la mejor postura”, destaca.
Virginia Tola, presidenta del Club Rotario Portoviejo Reales Tamarindos, resalta que la unión de estas múltiples organizaciones y voluntarios permitió conseguir los equipos a los que dificilmente podrían acceder en el país.
Una de las beneficiarias fue Lucilda Solís, quien recibió una silla para su hija Jéssica, de diez años. Ella dijo que esta es una gran ayuda para darle comodidad.
“Es realmente una ayuda enorme”, indica.
Solidaridad. Voluntarios nacionales y extranjeros participaron ayer en el proceso de ensamblado y entrega de las sillas.
Otros como John Powell llegaron desde Alabama, Estados Unidos, para alegrar a los niños.
Él se vistió de payaso y brindó momentos de alegría a los pacientes mientras esperaban su turno.
“Esta es una forma de hacernos un bien a nosotros mismos y dar un poco de alegría a otras personas que lo necesitan”, contó mientras llevaba consigo un ganso de juguete con el que hacía juegos a los asistentes.
Desde la fundación La Vida se invitó a más pacientes a sumarse al proceso en sus instalaciones, en la calle Manuel Moreira y Vicente Macías, detrás del Templo Metropolitano Alianza.
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