Todo inició en marzo del 2014, cuando Heather fue diagnosticada con una severa enfermedad de hígado. Sólo tenía 25 años y ya confrontaba su muerte.
Tres meses después, la mujer padeció una falla en su hígado que, al no tener un donante, la puso al borde de la muerte. "Me dijeron que tenía menos de un 50 por ciento de posibilidades de vivir más de dos meses", contó a la cadena ABC. "Fue traumático", añadió.
"Para ese entonces podía sentir mi cuerpo apagándose", indicó Heather, quien no encontraba un donante pese que tenía "tanta gente que probó". Lo expuso simple: "Es extremadamente difícil encontrar un donante vivo". No tenía opciones.
Mientras ella estaba luchando con las imposibles preguntas sobre su propia existencia, Chris era puesto en funciones como oficial de Justicia en Frankfort, Illinois.
Allí, una mañana escuchó la triste historia de un compañero de trabajo, cuya joven prima estaba muriendo en una cama de hospital, esperando un donante que talvez nunca llegaría.
Chris no lo dudó. Aún cuando nunca antes había conocido a Heather se ofreció para ser testeado para ver si podía ser potencialmente compatible. "Pasé cuatro años en el Cuerpo de Marines y aprendí que nunca había que huir de nada. Así que me dije 'Hey, si puedo ayudar, voy a ayudar'", le explicó a CBS.
El hombre agregó que "cuando escuché sobre su situación, me puse en su lugar, pensando que podía ser un miembro de mi familia o yo mismo, hubiera querido que alguien me ayudara".
"Al principio, mi madre estaba nerviosa por mí. Algunas personas no entendían por qué haría eso por un extraño, pero cuando pasaba el tiempo, la gente cambió de parecer y coincidió en que era algo bueno lo que hacía", agregó Chris, quien resultó más que apto para donarle el 55% de su hígado a una completa extraña.
"Tiré el teléfono, bajé a la galería, y mi madre y yo comenzamos a llorar de la incredulidad. Nunca antes había conocido a este hombre", dijo la mujer sobre el momento en que recibió la noticia de que sería operada.
Unos pocos días después, él la invitó a almorzar para explicar el proceso. Además de donarle la mitad de su hígado, le contó que él, con su club de motociclistas, iban a realizar una colecta para que pudiera comprar los medicamentos. "Y así quiso hacer una colecta. Era irreal", dijo Heather.
A medida que la cirugía se acercaba, ambos se volvieron amigos. De hecho, comenzaron a tener sentimientos, pero no lo admitieron en ese entonces, dado lo extraño de la situación.
"Me dijo al principio de todo: 'Tú no me debes absolutamente nada por esto. Podemos recorrer nuestros caminos por separado si así lo quieres'". "Estaba confundida: "¿Siento esto porque estoy enferma?", pensaba la mujer.
El 16 de marzo de 2015, sólo 10 días antes de su cumpleaños número 26, Heather y Chris fueron operados de manera exitosa.
Ya recuperados, ambos se dieron cuenta de que estaba enamorados y, una noche de diciembre, Chris llevó a Heather a lo más alto del Edificio Hancock para mirar Chicago y el Lago Michigan. Luego tuvieron una velada romántica y le pidió matrimonio. Ese mes se casaron.
Su boda fue igual de romántica. "Eres el hombre más increíble que haya conocido. Crees en mí y me haces sentir sensacional cada día de mi vida. Por ti, río, sonrío y tengo un sueño nuevamente. Tengo un ángel mirándome", fueron parte de los votos de Heather, cuyo ahora esposo le salvó la vida al escuchar de forma casual la historia de una desconocida.
