Viteri señala que en las campiñas manabitas la cuchara de palo, el uso del mateancho, la susunga, las cucharas de mate, el molinillo de bejuco, el alambique, el coso, y otros utensilios han sido reemplazados con la llegada de la modernidad, y que son pocos los hogares que aún utilizan estos utensilios que fueron usados por los ancestros y son parte de la tradición del montuvio.

 

Experiencia. “Como docente, años atrás me emocioné cuanto visité lugares del campo en Chone donde aún hay la batea de madera, los sunchos para hacer queso, el sote para prender un horno de leña, y otras cosas más. Allí todavía no ha habido una agresión a la cultura y se debería con políticas direccionadas rescatar eso que tenemos y enseñarlo a los jóvenes”, detalla Viteri.

La historiadora cuenta que en alguna ocasión un sobrino le dijo: “Tía, ¿cómo es posible que usted haya sobrevivido sin un teléfono celular, sin la televisión, sin la refrigeradora, sin aire acondicionado, sin energía eléctrica?”, pero detalla que le explicó lo que en ese tiempo había y cómo se vivía cosas que su familiar no sabía, porque en la actualidad los docentes son modernos y no enseñan esta clase de tradiciones.

Perdura. Holmer Alcívar Vera reside en el sitio El Jaboncillo, de Río Grande de Chone. Él conserva una ramada tipo carreta estacionaria que sirve para secar cacao y otros granos. 

Holmer comenta que ese bien existe desde que su abuelo era niño y eso es alrededor de unos 150 años atrás.

Además menciona que morirá él y esta herramienta, si le dan mantenimiento, podrían utilizarla sus tataranientos. Así mismo tiene una romana de madera, una lámpara de kerosene, un bunque de madera donde pila arroz, el tradicional bototo, que es un envase de mate para llevar agua cuando se va a trabajar al machete, y demás cosas que su abuelo utilizaba en el siglo pasado.

El investigador Boris Zambrano indica que son pocos los sectores donde se conserva esta tradición de seguir utilizando herramientas montuvias y que a mediados del siglo XIX la gente comenzó a ingeniar cosas para conservar sus productos, sobre todo la secada del cacao que en ese tiempo predominó en Chone dio paso a la construcción de las ramadas.

Señala también que antes, cuando no se utilizaba una refrigeradora, la gente montuvia hacía gelatina, ya que en un alambique de agua dejaban serenando el líquido de la gelatina en un mateancho y en la mañana ésta ya estaba cuajada y en su punto y se servía en la mesa.