Hace poco se preguntó mi opinión sobre lo que debería ser el primer compromiso de un candidato presidencial con Manabí.
Mi respuesta fue: crear el Ministerio de Reconstrucción para atender exclusivamente la reconstrucción de la provincia y la parte afectada de Esmeraldas, con las atribuciones y presupuesto que sean necesarios para cumplir su misión. Su vida sería efímera y duraría el mismo tiempo que el próximo gobierno y además no habría necesidad de crear burocracia: empleados de otros ministerios se incorporarían para colaborar con su funcionamiento. Como lo dije en anterior comentario, el Manabí post-terremoto requiere programas de trabajo intensos que no estén sujetos a decisiones burocráticas ajenas a la institución que tiene que ver con la reconstrucción. En este sentido, la Secretaría Técnica debería ser transformada en un ministerio porque los programas que tiene que atender y supervisar son tan urgentes y prioritarios que a lo mejor una presencia de su titular en el gabinete ayudaría a la solución de eventuales problemas. Es que en un régimen presidencial como el nuestro, un contacto cercano con el primer mandatario hace la diferencia. Después de todo es el Presidente - lo fue en el pasado, es ahora y lo será en el futuro - el que marca la agenda y puede desatar cualquier nudo en la ejecución de una tarea.