Esta variante (promedial o exacta) se da porque hay quienes no tienen un ingreso constante. De acuerdo a esto se debe hacer una valoración de los egresos; es decir, a qué se van a determinar los ingresos”, argumenta Briones.

Iván Vélez, también economista, señala que para no caer en endeudamientos hay que priorizar gastos. “Hay que tener un estimado de lo que egresará mensualmente en obligaciones como alquiler y pago de servicios básicos, alimentación, vestimenta, salud y ocio, para de acuerdo a eso saber con cuánto dinero ‘excedente’, por decirlo de alguna manera, dispongo para otros fines”, indica Vélez.  

egresos no recurrentes. Briones añade que una vez que se han determinado los egresos recurrentes hay que hacer una previsión de otros posibles gastos. “Somos conscientes de que se pueden presentar calamidades como enfermedades que no se pueden predecir, por eso es necesario destinar recursos a esos casos”, señala.

El profesional manifiesta también que con esta evidencia de “restricción presupuestaria” se debe desarrollar una conducta de ahorro e inversión. 

“Esto quiere decir: escoger mejor entre los productos que encontramos en el mercado. Por ejemplo, si encuentras dos productos con las mismas características, pero con distinto precio, al comprar el más económico estás ahorrando; y si encuentras un producto que pese a tener un mayor costo tiene mayor durabilidad, estás realizando una inversión”, argumenta. 

Consumismo. Sin embargo, hay quienes pese a conocer sus limitaciones económicas deciden invertir más dinero del que tienen.

“Las promociones u ofertas de crédito directo en algunos locales comerciales y también las facilidades de la tarjeta de crédito pueden hacernos caer en gastos irresponsables. Hay que tener claro que la tarjeta se debe usar pensando en nuestros ingresos, no excedernos”, señala Vélez. 

Una de las razones de estos excesos se llama consumismo compulsivo, según señala el psicólogo Kelvin Ortiz. El profesional manifiesta que las causas de este comportamiento van desde una baja autoestima, depresión y hasta ansiedad.

“Hay quienes compran de todo, aunque esto genere que se endeuden solo por llenar los vacíos que existen en su interior o para sentirse aceptados por los demás demostrando que son mejores porque compran lo mejor”, menciona.

Liza Cedeño, psicóloga, señala que el consumismo se puede provocar por la presión social o vacíos familiares o de pareja. 

“Estas personas buscan mitigar estos vacíos con cosas materiales, llegándose a endeudar comprando cosas que no necesitan”, indica.

Ambos profesionales coinciden en que el respaldo familiar es una forma de dejar de lado el consumismo, pero también una terapia, en caso de que sea excesivo.

Vélez y Briones, en cambio, señalan que es cuestión de ser conscientes con la economía actual. “Un exceso de consumos puede traer una crisis económica consigo. Hay que saber diferenciar entre los gastos necesarios y los que se realizan por un lujo innecesario”, agrega Vélez.