Según Navarrete, en estos días se ha visto en la obligación de vestirse así porque el frío de las mañanas es “insoportable”, aunque al mediodía el calor se hace presente. 

“La chompa me protege del frío y del sol que pega fuerte”, sostuvo.

Ginger García, en cambio, llevaba consigo toallas desechables para limpiar los rastros de las lágrimas que causa el polvo contaminado que se levanta en la ciudad, por las demoliciones de edificios. 

“Por donde uno vaya hay polvo, así que a mi manera debo cuidarme”, indicó.

Consecuencias. La otorrinolaringóloga Ivonne Intriago señaló que en esta época son más comúnes enfermedades como faringoamigdalitis y laringitis por los cambios de clima.

También, procesos respiratorios altos como congestión nasal, alergias y resfríos, por las bajas temperaturas que se registran. 

“Las demoliciones producto del terremoto causaron que el problema del polvo origine el incremento de pacientes con estos síntomas”, refirió.

Añadió que, en las últimas semanas, de 16 pacientes que atiende diariamente en el hospital, 4 de ellos tienen problemas causados por el cambio de clima.

Temperaturas. Carlos Mina, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), expresó que el clima se encuentra en un proceso de transición de verano a invierno.

Indicó que en este año la máxima temperatura se registró en mayo, con 36,5  grados, mientras que el 7 de julio pasado se registró la temperatura más baja: 18,2 grados. En este mes la temperatura máxima ha sido de 34,9 grados (el 12 de octubre) y la mínima 18,6 grados (el 7 de octubre).

“Es algo normal lo que estamos viviendo”, mencionó el técnico del Inamhi.