Los más insólito de esta historia es que fue su propio padre, Bryan Stewart, quien le inyectó sangre infectada para que muriera y no tener que pagar su manutención.

Según informó la BBC, Jackson contó que su padre sufrió un cambio tras viajar al Medio Oriente. “Cuando nací, él estaba muy entusiasmado. Pero todo cambió cuando se fue a la operación ‘Tormenta del desierto’ (la ofensiva aliada en la Guerra del Golfo). Al regresar de Arabia Saudita, su actitud era completamente distinta”, aseguró el hombre, agregando que luego sus padres se separaron.

Durante el proceso de divorcio, la pareja se enfrascó en un amargo conflicto por la manutención de sus hijos, la que Stewart se negó a pagar. "Solía decir cosas como: 'Tu hijo no vivirá más allá de los 5 años' y 'Cuando te deje, no va a quedar ningún vínculo entre nosotros'", detalló Jackson. 

En medio de ese conflicto, el niño fue internado en el hospital debido a un ataque de asma, por lo que su madre contactó a su exesposo y éste fue a visitarlo. 

Según la publicación de la BBC, el padre de Jackson esperaba que el pequeño muera para no pagar la manutención. Con el pasar del tiempo, su salud se deterioró y los pediatras no encontraban la explicación, hasta que lo dignosticaron con SIDA. “Cuando llegaron los resultados, fui diagnosticado con sida, en etapa avanzada y tres infecciones oportunistas”, por lo que los médicos le dieron cinco meses de vida.

Actualmente, Brryan Jackson tiene 24 años y goza de una salud relativamente buena. Mientras que su padre permanece en prisión.

"¡Estoy sano como un caballo! ¡Más que un caballo! En este momento mi conteo de células T es superior a la media. Eso significa que prácticamente no hay ninguna posibilidad de que transmita el virus. Pasé de tomar 23 pastillas al día a una sola. No sé lo que hice, pero por ahora mi VIH es 'indetectable. Igual todavía tengo sida", dijo Brryan Jackson a la BBC, quien le agregó un r a su nombre y adoptó el apellido de su madre, para no tener ningún vínculo con el hombre que intentó matarlo.