Además de sus dolencias, los usuarios deben sobrellevarse con factores comunes que se encuentran en los centros de salud, donde cada persona quiere ser la primera en recibir la atención para no escuchar los gritos de los niños, el murmullo de las personas en ambientes donde los ventiladores no son suficientes.
María Toala, por ejemplo, expresó su molestia por el retraso en la atención. Ella acompañó a su hermana embarazada a realizarse el chequeo mensual y dijo que tuvo que esperar más de la cuenta, pese a que tenía uno de los primeros turnos.
La mencionada habita en la parroquia San Pablo y por lo tanto acude al centro de salud de dicho sector.
Mariela Cedeño, por su parte, salió del chequeo médico del mismo centro de salud con las manos vacías. La mujer de 36 años acude cada mes para recibir la pastilla para tratar su hipertensión, pero la respuesta que le dan es la misma: no hay. “Nos dicen simplemente que no hay, que tenemos que comprar fuera y a veces no alcanza el dinero”, indicó la madre de familia.
QUEJAS. Zoila Toro, presidenta del Comité de Salud de la parroquia San Pablo y vicepresidenta de la Junta Parroquial de dicho sector, aseveró que desde hace cuatro meses no nay nada de medicamentos; dijo además que no hay vitaminas para las embarazadas. “En nuestro centro de salud ni siquiera hay cloro para hacer una limpieza precisa”, destacó.
Monserrate Cedeño, vocal del Gad y presidenta de la Comisión de Salud de la parroquia, manifestó que necesitan una infraestructura de primer nivel, ya que faltan insumos básicos como asientos para la sala de espera.
En época invernal -añadió-los usuarios se mojan porque el espacio no abastece a las personas que llegan de Alajuela, Chirijos, Pueblo Nuevo, “son habitantes de más de 27 comunidades rurales que reciben atención aquí”, sostuvo.
CONTENTO. La situación de escasez de medicinas no es la misma en todas la unidades de atención. En el Centro de Salud de la ciudadela La Piñonada, Genererdo Velásquez recibe normalmente sus cajas de pastillas para la hipertensión. “Aquí no hemos tenido problemas, cuando hubo el terremoto se demoraron un poquito, pero ya todo se normalizó”, señaló.
Enny Cedeño, quien recibe asistencia médica en el centro de salud de San Alejo, mencionó que desconoce por qué motivo dejó de recibir su medicina para la hipertensión.
“Dos meses después del terremoto recibí mis pastillas sin ningún inconveniente”, sostuvo.
Javier García, por su parte, recalcó que en el centro de salud de Calderón no ha tenido problema alguno para que su esposa embarazada tenga su control prenatal.
PROBLEMAS. Mariela Macías, directora distrital de salud en Portoviejo, reconoció la problemática en cuanto a la falta de medicina en varios centros de salud y que incluso por la falta de comunicación -para el abastecimiento- se hicieron cambios.
“Desde la semana pasada estamos distribuyendo a todas las unidades y sin ningún inconveniente la medicina, inclusive uno de los mayores problemas fueron los antihipertensivos, ya que mayor demandan tienen, pero ya estamos abastecidos”, citó.
Según Macías, por cuatrimestre hacen una inversión en medicamentos de 400 mil dólares.
En Portoviejo existen 38 centros de salud.