Varios comerciantes que tenían sus locales en el centro de Portoviejo aseguran que desde que se cambiaron a otros sitios sus ventas han disminuido. 

Edgar Guerrero es uno de ellos. Señaló que él y su mujer se instalaban en la calle Ricaurte, cerca de la Pedro Gual y allí recibían a  estudiantes profesores y profesionales en busca de estos accesorios para sus estudios. Era normal vender unos 200 dólares al día, menciona esta pareja, sin embargo ahora sus ventas con suerte llegan a los 20 dólares diarios.

Luego del terremoto se reubicaron por la calle Jipijapa sin embargo muchos de los que eran sus clientes no conocen la nueva dirección dijeron. Destacan que aquí no pagan arriendo de local. En el centro de Portoviejo ahora conocida como zona Cero cancelaban 150 dólares mensuales por una bodega, además de impuestos municipales, sin embargo dicen que prefieren pagar esos gastos de inversión en vez de estar de brazos cruzados vendiendo de a poco. hay días que no vendemos nada dice desconsolada Mariu Guillem, la esposa de don Guerrero como le decían sus compañeros de faenas.

Selena Cedeño, dueña de la distribuidora de pantalones Evelyn, señala ha tenido que reducir los precios para atraer clientes. Menciona que abren a las 08h00 y cierran a las 18h00 sin embargo la clientela es mínima, destacaron.

Todos los comerciantes consultados dijeron que su mayor aspiración es que se rehabilite la zona céntrica de Portoviejo para volver con sus negocios y con su ajetreada vida de ventas desaforadas.