Cruz recuerda que empezó su obra el 29 de junio, hace tres meses y medio, y que buscaba que sea diferente. 

“No quería la típica madre con el seno descubierto, dando de lactar a su hijo, sino una escultura cuya expresión reúna todo lo que significa una madre: familia, vida, futuro; que el monumento hable por sí solo”, señala.

Pone énfasis en la expresión de serenidad en el rostro de la madre, a la que abraza su pequeño hijo y ambos, tomados de la mano, las posan en el vientre materno donde late un nuevo ser.

Detalles. La obra, contratada por el Municipio de Portoviejo en 18 mil dólares, está elaborada en fibra y su color es blanco esmaltado, mide 3,20 metros de altura desde el pedestal, y pesa unos siete quintales.

El artista indica que fue un reto hacer esta escultura, pues su especialidad siempre han sido las figuras religiosas. 

De hecho, el Cristo Redentor que está en las criptas y la figura La Piedad, en la catedral Jesús el Buen Pastor, son obras de Cruz.

El molde que sirvió para la escultura fue destruido “porque se trata de una obra única, no tendrá réplicas”, explica Cruz mientras da los últimos toques a su obra.

Parque. En el contrato se incluye la restauración del viejo monumento que, se conoció, será colocado en otro parque de la ciudad. 

En su taller, en la ciudadela Municipal, Cruz solo espera la autorización para el traslado de su obra al regenerado parque, donde se hizo trabajos en áreas verdes, camineras y la pileta, que costaron más de 215 mil dólares, según informó en su momento Diego Vélez, quien fue director de Obras Públicas del municipio.

En ese sitio los obreros ponen todo a punto para la inauguración que, según se conoció, sería este mes cuando Portoviejo celebra 196 años de independencia.