Tarqui tiene un suelo cuya mala calidad llega a los seis metros de profundidad.
Así lo reveló la investigación que la Fiscalía General del Estado realizó tras el terremoto del pasado 16 de abril, y cuyos resultados se presentaron ayer en Montecristi.
Alejandro Irigoyen, sismólogo perito de la Fiscalía, describió a Tarqui como “un escenario complicado”, en comparación con el suelo de Portoviejo, Pedernales y Jama, cantones que también sufrieron graves afectaciones con el sismo de 7.8 grados, pero donde la calidad del suelo no es tan mala.
Irigoyen lideró los estudios de suelo en Manabí y Esmeraldas, para determinar las causas por las que el terremoto se convirtió en la peor tragedia del país.
“Sin embargo, tampoco quiero satanizar este lugar. Creo que con normas y técnicas de construcción bien definidas, como pilotes y estudios de suelos, se puede volver a construir (en Tarqui)”, argumentó el perito.