Aquellas repercusiones por la caída del precio del barril del petróleo que ha encarecido la vida, más la concurrencia del terremoto que trágicamente ha cambiado la existencia de miles de familias, afectando a toda la nación, deberán ser enfrentadas con mística de trabajo y esa entrega de energía y voluntad que demuestran nuestros pueblos, cuando de superar las adversidades se trata.
Por eso el inicio de octubre, mes de conmemoraciones y festejos por sucesos históricos que dicen de la bravía de las gentes de Manabí, debe ser aprovechado al comienzo de las actividades festivas para mandar ese mensaje, con anuncios de vigor y pundonor.
Y debe ser el pregón de este día la expresión de la tenacidad del manabita por resurgir brioso a esta prueba a su coraje.
Entonces, bienvenido este mes de civismo, patriotismo y laboriosidad.
Y que sirvan de imán las fechas ilustres para reunir en sus calles e instituciones la fe en la pronta recuperación anímica, así como de una efectiva cuanto eficiente reconstrucción, para seguir aportando al engrandecimiento de la patria toda.