Interesa saber la cantidad de votos que obtendrán como presidenciables, en las provincias con mayor masa poblacional de votantes, al igual que en las demás ciudades.

En Guayaquil, se desea conocer el nivel de aceptación que tiene Cynthia Viteri, se aprecia como futura postulante a la prefectura del Guayas. Todo apunta que la vicealcaldesa Doménica Tabacchi terciará para suceder al actual alcalde en funciones. 

En la otra banda, similar cosa sucede con Jimmy Jairala, potencial candidato a alcalde de la perla del Pacífico.

En torno a la disputa que mantienen Guillermo Lasso y Jaime Nebot hay un trasfondo, que va más allá de la actual coyuntura política que se vive.

Un alcalde de la ciudad con mayor dinamia económica es potencial presidente de un país, Macri exalcalde de Buenos Aires. Jamil Mahuad fue alcalde de Quito y posteriormente presidente del país. Lasso posible candidato a alcalde de Guayaquil.

En Pichincha por consiguiente, políticos duchos como Andrés Páez empiezan a sondear su popularidad con miras a elecciones de los gobiernos seccionales.

El puesto de burgomaestre de la capital de los ecuatorianos, para muchos está de recoger, se cae de maduro para quien trace una buena estrategia electoral. 

Carlos Pérez Guartambel, Lourdes Tibán y compañía son otro ejemplo de buscar sondeos que permitan alcanzar las dignidades seccionales en sus respectivas circunscripciones.

En Manabí, los precandidatos desean conocer el sentir de las personas por medio del comentario que genera sus intenciones y quien quede como candidato a la presidencia o que vaya por la vicepresidencia podrá trazar su plan para optar por las dignidades electivas de mayor jerarquía. 

Todo esto son situaciones que deben poner a pensar a todo el conglomerado, sobre algo que resulta de tanta trascendencia para la sociedad, elegir a quienes van a dirigir a la provincia, como alcaldes y prefecto.

Tomando en consideración que se viven tiempos duros, donde la reconstrucción en todos los frentes debe ser el principio rector de los gobiernos autónomos descentralizados, dando fuerza al entramado social productivo.

El desafío que implica dirigir una ciudad o provincia conlleva la aplicación de aspectos políticos, técnicos y administrativos basados en la planificación, tomando en consideración el desarrollo de procesos dentro de los nuevos canales de participación que los dignatarios elegidos deben manejar, para modificar la triste realidad actual que se vive. Por el bien de todos.