Joffre Orellana, padre del occiso, dijo que no sabe cómo se suscitó el accidente. 

Lo que sí confirmó el familiar es que a las 04h15 del domingo lo llamaron para informarle que Carlos estaba tirado en la calzada y muy mal herido. El joven fue auxiliado por sus familiares y vecinos, se detalló.

En primera instancia lo trasladaron al hospital Gustavo Domínguez y posteriormente al hospital del IESS, de donde se hizo la transferencia hacia el hospital Andrade Marín de Quito, donde dejó de existir.

Al momento de la tragedia Carlos iba en una motocicleta, dijeron sus familiares.

Lo que se presume es que un carro, que circulaba en sentido contrario, lo encandiló, por lo que Orellana perdió estabilidad y se accidentó, mencionaron.

Donó sus órganos. El padre indicó que la motocicleta era de su propiedad y que Carlos era el segundo de cinco hermanos. 

“El sábado temprano estuvo en un torneo de fútbol en el que quedó campeón, luego se fue a una gallera (los gallos eran su pasión) y posteriormente a un baile; su hermana lo sacó del baile y lo llevó a casa porque estaba bebiendo, pero luego se regresó y fue cuando tuvo el accidente”, comentó el hombre. 

Añadió que su hijo estaba clínicamente muerto, pues tenía una fractura en el cráneo. Las posibilidades de que sobreviviera eran nulas.  

El cuerpo de Carlos demoró en llegar al recinto San Juan debido a que sus allegados estuvieron realizando los trámites para cumplir uno de los deseos del joven que era donar sus órganos, luego de su muerte.