Pedro Pincay, cuyo padre está sepultado en el camposanto, suele acudir al lugar. Aseguró que hace varios días vio a unos niños llorando y quejándose por la picadura de los insectos, mientras su madre los consolaba.

Dijo que al hacer un recorrido por donde habían andado los niños se percató de un enjambre de abejas entre las paredes de una tumba, y al caminar por todo el cementerio se dieron cuenta de que en total son tres las colmenas existentes en el sitio, dijo. 

Pincay indicó que es preocupante la presencia de las abejas porque el cementerio suele ser frecuentado por personas que van a visitar las tumbas de sus deudos, y además al estar próximo el día de los fieles difuntos, las personas llegan a limpiar las tumbas y podrían molestar a las abejas y éstas atacar.

“Sería bueno que alguien que conozca del tema las saque”, expresó.

El apicultor Júnior Mero manifestó que lo primero que se debe hacer es mantener la calma y no molestar a las abejas, y después sacarlas tomando todas las medidas de seguridad. 

Mero dijo que por ningún motivo se debe matar a los insectos, porque son importantes para el equilibrio ecológico y mejoran la producción en los cultivos. “Si estos animales desaparecen podría haber escasez de alimentos, ya que ellas se encargan de polinizar las flores”, enfatizó el experto.