La pareja pertenece al Partido de los Trabajadores (PT) y fueron exministros de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
La Corte Suprema, por medio de su segunda sala, formada por cinco magistrados, aceptó ayer por unanimidad las denuncias formuladas por la Fiscalía contra un matrimonio que muchos consideran un “modelo” en la política brasileña y uno de los pocos que ha estado al mismo tiempo en el corazón del poder.
Silva fue ministro de Planificación en el Gobierno de Lula y en la gestión de Rousseff asumió la cartera de Comunicaciones, al mismo tiempo que su esposa ocupaba el Ministerio de la Presidencia, uno de los más influyentes del gabinete de la ahora exmandataria de Brasil.
La pareja ha sido acusada formalmente por la Fiscalía General brasileña de corrupción pasiva y blanqueo de dinero en operaciones asociadas a la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, por la cual ya han ido a prisión importantes líderes y funcionarios del PT.