Actualizado hace: 936 días 21 horas 39 minutos
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Desgraciados los pueblos donde la juventud no hace temblar al tirano. Frase que expresó Juan Montalvo Fiallos, escritor y crítico ecuatoriano del siglo XIX, sentencia que ha sido durante años utilizada en el buen sentido y a la vez maltratada, manoseada por políticos y agrupaciones sectoriales para determinar o fijar el papel y acción de los jóvenes en el desarrollo de la comunidad.
Lo cierto es que, durante mucho tiempo, generaciones enteras de jóvenes formularon sus protestas y formas de pensar a través de las piedras en las calles.
Y de manera intelectual en foros, conferencias y otros eventos el sentir de la juventud sobre cuál debe ser la postura y contribución al cambio estructural de las sociedades.
Actualmente las protestas y choques estudiantiles en las calles, con los policías por el alto costo de la vida desaparecieron, así como la lectura, que dejó de ser un hábito de superación y progreso en lo humano y profesional.
La sociedad tecnológica y digital de hoy ha permitido cambiar posturas, estilos, conductas y formas de vida, no solo de miles sino de millones de jóvenes en todo el mundo.
Son muy pocos los jóvenes y en especial los universitarios que contribuyen con el medio en que se desenvuelven.
Sí, pero son contados; a la mayoría la vemos desorientada por diversos factores, hogar, medio, drogas, desigualdades, entre otros componentes.
Ese reflejo se lo ve en el diario vivir y medio.
La tecnología ha permitido que la sociedad y la convergencia digital estén entrelazadas al instante entre los seres humanos, rompiendo barreras y distancias.
Pero, a su vez, también ha consentido que los jóvenes tengan una especie de vendaje en su rostro y no miren más allá de estar comunicados con los móviles y el iPod. Es la realidad nuestra y mundial a la vez.
La tendencia del modernismo sigue, no parará porque el curso y desarrollo de la humanidad también sigue; siempre nos preguntamos ¿qué se ha hecho?, ¿qué se hace a nivel estatal para mejorar los procesos educacionales desde temprana edad, para fortalecer el perfil humano y después profesional de los niños y jóvenes de hoy?
¿Dónde está la reingeniería educacional que tanto se promueve y expresa a viva voz desde diversas esferas, no para desterrar el uso de la tecnología sino para fortalecer el nivel intelectual y para promover los cambios sociales que tanto anhelamos desde el pensamiento, criterio y acción de los jóvenes del Ecuador?
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