No es cualquier casa, dice Manuel. Por eso decidió que debía repararla aunque ya no la habite. “Yo tengo una vivienda en otro sector, pero tenía unos ahorros y consideré que debía arreglarla para mis hijos, no iba a dejar que se destruyera de la noche a la mañana, aquí vivió toda mi familia”, expresó. 

La casa de Manuel se halla en la calle 104 y avenida 113  de la parroquia Tarqui, la “zona cero” de Manta. 

Después del 16 de abril sus hijos tuvieron que evacuar el barrio, al igual que otros cuatro vecinos. 

Esta semana, luego de que el 26 de agosto el Comité de Operaciones Emergentes (COE) autorizara abrir algunas vías, Manuel empezó a reparar su vivienda y lo mismo hicieron otros moradores. Incluso algunos llegaron días antes. 

Manuel ha invertido ocho mil dólares en la casa y asegura que en dos meses estará nuevamente habitable. 

Según la Comisaría de Construcción del municipio, hasta esta semana se han aprobado 366 permisos para reconstruir viviendas  en la “zona cero”.  

En el documento se estipula que los dueños de casas deben tener cuidado al ejecutar la obra y evitar afectar las viviendas de sus vecinos. 

Emilio Arce, comisario de Construcción, manifestó que las obras se ejecutan en sectores donde la empresa eléctrica y la de agua potable están habilitando los servicios.  

Indicó que para reconstruir se debe tener un informe técnico de un profesional, ya sea arquitecto o ingeniero. 

Además los albañiles a cargo de la obra tienen que ser avalados por un gremio artesanal o poseer certificados  de que se han preparado en esta área.  

Arce dijo que por ahora sólo entregan permisos de mejoramiento de casas, aún no se las puede hacer nuevas. “Estamos esperando que esté listo el estudio de suelo  de Tarqui  y solo así sabremos qué tipo de viviendas se pueden construir”, expresó. 

Aclaró que sólo se ha permitido la edificación de casas que ofrece el Miduvi, ya que son emergentes y cumplen con normas técnicas y sismorresistentes.

Hernán Baque también ha empezado a reconstruir la vivienda donde habitaba. 

Él dijo que el dinero para los trabajos es inversión propia, ya que los bancos no le entregaron crédito para reconstrucción. “Lo primero que piden es la escritura de la casa, algunos tenemos el documento, pero la vivienda está destruida y así no lo aprueban, eso debe cambiar”, expresó.

La casa tiene cuatro pisos y está ubicada en la “zona cero”. La primera planta ya fue reparada. 

Allí ha instalado su tienda Jimmy Cevallos, vecino de Hernán. 

Él tenía una casa de dos pisos que fue destruida por el terremoto.

Cevallos dijo que no ha logrado acceder a los beneficios que ofrece el Gobierno para reconstrucción. “Sólo me quedó el terreno y esperamos que haya algún tipo de incentivo”, agregó. 

Al principio la “zona cero”  abarcó desde la calle 101 hasta la 112, y desde la avenida Malecón de Tarqui hasta la 113. Tuvo un área de 539.779 m2.  

Todas estas arterias fueron cerradas con un cerco metálico, pero actualmente desde la calle 106 hasta la 112 están abiertas.

También la avenida Malecón de Tarqui, calle 101 y el tramo que conecta con la avenida 4 de Noviembre. 

A esto se suman tramos de las avenidas 108, 109, 105, 113, 114, calle 104, la calle Venezuela y parte de la 102.

Los trabajos de reconstrucción empezaron hace más de un mes en las avenidas 108 y 109, desde la calle 101. 

Allí se reparan varios negocios de venta de comida y locales de alquiler. 

En el Malecón de Tarqui  también avanza la reparación de hoteles. 

Una firma de responsabilidad. Walter Villao es un ingeniero que ha trabajado en las reconstrucciones de algunas viviendas en Manta luego del terremoto.  

Él indicó que el municipio para entregar un permiso de reparación emergente está pidiendo la firma de responsabilidad de un profesional (ingeniero o arquitecto). 

Estas son las personas que hacen un estudio y son los que deben estar a cargo de  supervisar la obra. “Pero ahora lo que está pasando es que muchos dueños de viviendas contratan al profesional, pero luego no llegan a un acuerdo económico y los trabajos los realizan otras personas,  aquello no está bien porque quien analizó la estructura sabe qué daños tiene”, indicó. 

Otros aspectos que según Villao se les están exigiendo a los ingenieros o arquitectos para aprobarles una reparación son, en caso de inmuebles grandes, estudios de suelo y verticalidad de las estructuras. 

Sólo en la “zona cero” han sido demolidas más de 540 estructuras. 

Recomendaciones. Gaspar Fernández, arquitecto, manifestó que para reconstruir una vivienda hay que tomar en cuenta varios aspectos. 

El primero es revisar la parte estructural. Esto comprende cimentación, columnas, vigas y losas. 

Luego revisar todas las  instalaciones sanitarias y eléctricas. 

Esto debe ser realizado por un profesional que califique el tipo de afectación que tiene la vivienda, puede ser leve, media o grave. “Si es leve o media se puede reparar, pero si el nivel es de gravedad ya no debe haber reparación”, expresó. 

Otro aspecto importante es determinar si hubo o no asentamientos. 

En caso  de existir y si es leve procede una reparación, si es grave y la casa se ha inclinado para algún lado lo recomendable es demoler y volver a construir, previo cambio de suelo. “En ciudades como Manta y Portoviejo tenemos espacios cercanos a los ríos, lo que hace que la tierra sea de mala calidad, en estos casos lo recomendable es realizar el cambio de suelo para mejorar su capacidad portante”, indicó. 

Resaltó que en Manta la mayoría de las casas tienen aljibes. Estos deben ser construidos de tal manera que eviten filtraciones, ya que si el agua se escapa puede desmejorar el suelo. “En estos casos usamos un material filtrante en el cambio de suelo para que cuando pase el agua el suelo siga fuerte”, indicó.